La acción comienza en la apacible mansión de un viejo barrio
de Hamburgo donde reside el profesor Lidenbrock, geólogo y mineralogista.
Conviven con el irascible profesor una protegida suya, Graüben, y un sobrino,
Axel, que ayuda en sus trabajos a su tío y está enamorado en secreto de la
dulce Graüben.
Un día, el profesor, llegó muy alborotado de una librería.
La razón de tal nerviosismo era la pieza de museo que encontró en ella. Era una
obra de valor incalculable, de la cual se deslizó un pergamino muy antiguo
escrito con letras extrañas y desconocidas para Lidenbrock.
En tal criptograma un alquimista islandés del siglo XVI,
Arne Saknüssemm, dejó oculta una extraordinaria revelación: por uno de los
cráteres del Sneffels, volcán extinto de Islandia, Saknüssemm había logrado
penetrar hasta el centro de la Tierra.
El antiquísimo manuscrito prueba que es posible viajar a las
entrañas de la Tierra. Tío y sobrino unieron sus mentes para descubrir su
significado. Al cabo de unos días sintieron una gran alegría; ese trozo de
papel describía los pasos que se debían seguir para llegar al centro de la
Tierra.
Axel fue el que descubrió la clave del pergamino, al
principio no sabia si contarle a su tío pues él ya sabía la reacción que este
iba a tomar, pero después de ver la insistencia de su tío por descubrir el
pergamino se decidió a contarle y el profesor Lidenbrock al leerlo salto de
emoción y le dijo a Axel que preparara el equipaje para los dos.
Lo prepararon todo, pagaron a un guía llamado Hans que les
acompañaría durante todo el viaje y comenzaron su gran aventura. Pasaron varios
días hasta que llegaron al cráter del volcán Sneffels y se internan en las
entrañas de la Tierra.
El viaje parecía transcurrir sin ningún problema, hasta que
observaron que las reservas de agua de las que disponían eran insuficientes,
pero finalmente descubrieron un arroyo. Axel estaba harto del viaje, se sentía
débil e inseguro, quería volver a su casa. Entre pensamientos y sueños, sin
darse cuenta se había separado del grupo. No los encontraba, se había perdido
bajo toneladas de rocas y tierra. Cuando su desesperación fue insuperable su
tío y Hans le encontraron. Se sintieron muy felices, pero, a pesar de lo
ocurrido, el profesor decidió seguir el viaje.
Después de estar días y días sumergidos en la más profunda
rutina y monotonía del paisaje, llegaron a una gran bóveda formada por grandes
nubes y vapores movedizos. Ésta se elevaba encima de un lago. Observaron la
maravilla que les rodeaba. Descubrieron animales antiguos, algunos de medidas
sobrenaturales y extraña apariencia.
En las riberas del lado crecen vegetaciones exuberantes de
épocas remotas, son testigos de la lucha mortal entre un ictiosauro y un
plesiosauro, descubren fósiles humanos y un cadáver momificado de la época
cuaternaria y encuentran a un semihumano y gigantesco pastor de una manada de
mastodontes.
Al ver que no avanzaban andando por la costa, construyeron
una balsa y decidieron atravesar el tenebroso lago, donde se vieron envueltos
en una gran tormenta. Sin darse cuenta y debido a los relámpagos y la lluvia
habían vuelto al punto de partida. El profesor se desanimó mucho, pero siguió investigando.
En una arboleda alta, frondosa y espesa encontraron huesos
de animales antediluvianos, gigantes extraños y algunos cráneos humanos, lo
que, evidentemente, representaría un descubrimiento único y de una importancia
incalculable.
Durante la caminata vieron una galería cerrada. La hicieron
explotar con dinamita desde la la balsa para intentar atravesarla. Después de
producirse la explosión empezaron a subir y subir empujados por una agua
ardiente, origen de una erupción volcánica que provocaron.
Cuando despertaron se encontraban en el volcán Estrómboli, que
se encuentra en la isla italiana del mismo nombre, indicador de que habían recorrido
medio mundo bajo la Tierra.
Al llegar a su pueblo y contar la experiencia, su nombre
resonó por todo el mundo. No sabían exactamente hasta donde habían llegado,
pero se sintieron muy orgullosos. El profesor fue considerado un sabio y se le
concedieron diversos puestos de honor, aunque su verdadera felicidad reposaba
en el viaje al centro de la Tierra.
Capítulo I.- El profesor Lindenbrock, Marta, Graüben y yo
Axel vivíamos en la misma casa tranquilamente hasta que un día el profesor
llegó con un libro muy antiguo y se encerró en su despacho, después de un rato
me pidió que entrara y me enseñó un libro del famoso sabio del siglo XVI Arne
Saknussemm así que pasamos dos días completos sin comer ni dormir tratando de
descifrar un extraño papel que cayó del libro cuando me lo mostró; el papel
tenía unas instrucciones que aparentemente narraban la forma de llegar al
centro de la Tierra, así que mi tío se entusiasmó dé tal manera que me aviso
que saldríamos a realizar aquel viaje al cabo de 3 días. Decidí salir a buscar
a Graüben a ver si lograba hacer entrar en razón a mi tío a lo que ella me dijo
que estaba totalmente de acuerdo con que fuera a ese viaje.
Capítulo II.- Esa noche casi no pude dormir, al día
siguiente me encontré con la sorpresa de que el profesor había empezado a
preparar las maletas y toda la casa estaba llena de cuerdas, antorchas,
cantimploras y cosas así. El día llegó y no me quedó otro remedio más que la
resignación aunque no estuviera de acuerdo me despedí de todos pensando que
sería la última vez que los vería y abracé fuertemente a Graüben ella solo me
dijo que ahora yo dejaba a mi novia pero que al regreso encontraría a mi mujer.
Capítulo III.- Emprendimos nuestro viaje y llegamos al lugar
indicado así que nos contactamos con un ex-colega de mi tío, él nos presentó a
un guía llamado Hans ya que el no podía acompañarnos claro que no le dijimos
nuestras verdaderas intenciones, nos encaminamos a un volcan llamado Sneffels
cabalgamos y después continuamos a pie tuvimos que pasar muchos peligros a 1600
metros de altura; a las 11 de la noche llegamos a la cima y al día siguiente
comenzamos el descenso hasta ese momento fue cuando me di cuenta que lo de
entrar en el volcan era verdadero, aunque en el fondo de mi corazón tenía la
esperanza de que el profesor desistiera.
Capítulo IV.- Mi tío decidió entrar a una galería en donde
no encontramos más que un callejón si salida, por la desesperación Hans golpeó
unas rocas y de ahí brotó un manantial de agua dulce, después me perdí en una
de las tantas galerías que había por alrededor de 4 días, gracias a un abismo
en el que caí me reencontré con Has y con el profesor; cuando desperté luego de
un día entero de estar durmiendo creí que estaba alucinando ya que sentía el
sol y escuchaba las olas del mar, mi tío me explicó que no estaba alucinando si
no que eso era lo que habíamos encontrado: una playa.
Capítulo V.- Finalmente pude ver un inmenso mar, caminamos
un poco por la playa y encontramos una enorme selva de hongos; luego Hans
comenzó a construir una balsa ya que el profesor creía que del otro lado del
mar encontraríamos donde seguir descendiendo.
Capítulo VI.- Luego de un rato de estar navegando nos
encontramos con unos gigantescos animales cocodrilos, marsopas, serpientes,
etc. Gracias al cielo salimos sanos y salvos pero no por mucho tiempo ya que
una monstruosa bola de fuego casi nos vuela la cabeza, y una tormenta nos
atrapó por varios días hasta que conseguimos llegar de nuevo a la playa y ahí
encontramos un cuchillo que perteneció a Arne Saknussemm, más adelante en una
cueva vimos unas iniciales grabadas con las iniciales A.S. sin embargo la cueva
estaba truncada por una piedra de granito demasiado grande así que no quedó
otro remedio que volarla con pólvora.
Capítulo VII.- Al hacer volar la roca todo se oscureció ya
que creo que al estallar la roca abrió un enorme abismo que nos estaba
succionando junto con todo el mar y la balsa. De pronto no encontramos en un
lugar donde según el profesor era el interior de un volcán ya que a nuestro
alrededor había ríos de lava y hacia un calor demasiado asfixiante así que
tuvimos que quitarnos casi toda la ropa y para colmo de males nos habíamos
quedado sin comida.
Capítulo VIII.- Repentinamente salimos disparados y cuando
recobre la conciencia nos encontrábamos en la cima de un valle verde lleno de
vegetación, de frutas y de agua cristalina. Según nuestros cálculos no
encontrábamos en el mar mediterráneo sin poder explicarnos como, exactamente en
la isla de Stromboli. Más tarde nos dirigimos hacia el puerto con la historia
de que éramos náufragos.
Capítulo IX.- Después de varios días por fin pudimos llegar
a nuestra amada casa y yo pude volver a mi querida Graüben lo cual me llenó de
alegría. Gracias a la indiscreción de Marta todo el mundo sabía lo de nuestro
viaje aunque no lo creían, pero al ver a Hans y por los reportes de Islandia se
dieron cuenta que era verdad así que a mi tío le dieron un gran reconocimiento
y ofrecieron una gran cena en nuestro honor. Sin embargo el profesor no estaba
satisfecho ya que nuestra brújula se encontraba sin razón alguna con los polos
invertidos, hasta que un día logra resolver ese gran misterio gracias a la gran
bola de fuego que había imantado todo la brújula no marcaba los polos opuestos
y solo así mi querido tío pudo ser feliz.
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