Allá por el año 1700 un novelista, memorialista y
panfletista llamado Gautien de Courtilz de Sandras escribe una obra de
semi-ficción, en tono de memorias, titulada “Memoires de M. d´Artagnan”, en las
que se describe un tanto picarescamente el ambiente de juerga, engaño político
y espionaje de la época del Cardenal Richelieu. Esta obra será la inspiración
de la de Dumas (padre, otra vez), que tomará de ella, por ejemplo, la
descripción de personajes y lugares, aunque luego cambiará muchos de ellos.
La historia comienza en 1625, en Francia. El protagonista,
D'Artagnan, de 18 años, nacido en una familia noble empobrecida de Gascuña,
abandona su hogar para dirigrise a París para cumplir su gran sueño:
convertirse en un mosquetero de la «Compañía de Mosqueteros del Rey». A tal efecto,
lleva consigo una carta escrita por su padre al capitán de la compañía de
mosqueteros, el señor de Tréville, que también es gascón, y fue compañero suyo
en las guerras de Enrique IV.
Al pasar por la aldea de Meung, el joven gascón se ve
envuelto en una pelea con un caballero misterioso (que más adelante se revelará
como el conde de Rochefort), quedando herido e inconsciente. Cuando D'Artagnan
recupera la conciencia, se da cuenta de que el caballero ha robado su carta de
presentación, a raíz de lo cual nace en él un deseo de vengarse del misterioso
personaje.
Ya en París, D'Artagnan, tiene una breve y poco cálida
entrevista con el Señor de Trèville, que sin embargo le previene contra el personaje
que se encontró en Meung.
En el camino, mientras buscaba refugio en una posada,
D’Artagnan es retado a duelo por los tres mosqueteros: Athos, Porthos y Aramis.
Athos, gentil hombre que ha perdido su fortuna, Porthos, de familia noble, gran
tamaño y buen corazón y Aramis, aspirante a monje que fuera arrancado de la
senda de la iglesia por una aventura.
El desafío culminará en Paris, donde se reencuentran y
conciertan duelos que son interrumpidos por los guardias del cardenal
Richelieu, porque los duelos están prohibidos, situación que obliga a los
enemigos hacer un solo frente a los soldados del Rey. El triunfo sobre los
esbirros del cardenal los convierte en amigos; de ese momento en adelante, las
cuatro espadas de estos hombres lucharan siempre del mismo lado.
Los tres mosqueteros y D'Artagnan se unen para derrotar a
los guardias del cardenal, gracias a este hecho, el gascón se gana el respeto y
la amistad de Athos, Porthos y Aramis, volviéndose inseparables camaradas, así
como el favor del Señor de Trèville.
D'Artagnan no es uno de los mosqueteros del título, sino que
lo son sus amigos Athos, Porthos y Aramis, amigos inseparables que viven bajo
el lema «todos para uno y uno para todos». Juntos sirven al rey Luis XIII y
enfrentan a su primer ministro, el cardenal Richelieu, y a sus agentes Milady
de Winter y el conde de Rochefort, para así resguardar el honor de la reina Ana
de Austria.
Los tres mosqueteros es, principalmente, la historia del
cuarto mosquetero, o futuro mosquetero: d´Artagnan, que de inmediato se ve
metido en las luchas callejeras contra los guardias del Cardenal Richelieu,
que, en principio, es el malo malísimo de la historia, y en otras muchas
peripecias, junto con sus tres amigos. La historia de los diamantes de la
reina, el rapto de Constanza, las aventuras amorosas de d´Artagnan, el asedio
de La Rochela, la cabalgata en pos de Milady. Todas estas aventuras principales
se suceden con otras menores que sazonan aún mas si cabe la novela. La hacen
mas picante. La intriga aumenta al aparecer Milady, una mujer bellísima,
deslumbrante pero siniestra y con un pasado que ella guarda en el más profundo
secreto.
Los cuatro protagonistas son caballeros sin tacha ni mácula.
Su honor es prístino, su crédito ilimitado, pero emborracharse una diversión de
lo más sano. Saltarse la ley un pasatiempo habitual. La venganza una necesidad,
la bravuconería un estilo de vida, si hay que asesinar se asesina, y si hay que
mentir, pues se miente.
¿De qué va eso de los tres mosqueteros? En realidad va de
que el Cardenal Richelieu, verdadero gobernante del país, se considera además
el más capacitado para ello frente a un rey joven y caprichoso que se aburre y
una reina que pasa su tiempo intrigando contra el país que gobierna, o bien con
España, su país de origen, o bien con Inglaterra, con el duque de Buckingham,
al que ama secretamente y que la pretende con descaro.
Así pues también va de amor. El amor correspondido del héroe
por la bella Constance, que por cierto está casada aunque su marido sea un canalla.
O el amor suicida del duque de Buckingham, gobernante “de facto” de Inglaterra,
dispuesto a tirar por la borda el reino que administra con tal de ligarse a la
reina de Francia. O de los amores secretos de Aramis, que por cierto es
mosquetero sólo por accidente, mientras espera entrar en religión, o de los
nada secretos amores de Porthos, con la esposa de un procurador a la que
extorsiona vilmente para conseguir la pasta del marido. Y si no del amor
perdido de Athos, que habiendo descubierto la marca de la traición en su
reciente y joven esposa, la mandó ahorcar.
Después de una entrevista con el rey Luis XIII, quien por su
rivalidad con el cardenal queda encantado con D'Artagnan, este último es
aceptado como cadete de un regimiento de la Guardia Real, presidida por el
señor des Essarts, esperando la posibilidad de llegar a ser mosquetero.
Después de obtener alojamiento y tomar un criado, llamado
Planchet, conoce a la joven y bonita esposa de su maduro casero, Constance
Bonacieux, de la que inmediatamente se enamora. Constance y D'Artagnan ayudan a la reina de Francia, Ana de
Austria y al duque de Buckingham a mantener una cita secreta en el palacio del
Louvre. En la cita, la reina regala a su amante una caja de madera que contiene
doce herretes de diamantes, originalmente regalados a ella por su esposo Luis
XIII.
El cardenal Richelieu, informado del regalo por sus espías,
persuade al rey para invitar a la reina a un baile donde se espera que ella
luzca los herretes, con la esperanza de descubrir al rey su historia de amor
con Buckingham.
Constance intenta persuadir a su esposo, el señor Bonacieux,
para ir a Londres y recuperar los herretes, pero éste, que había sido detenido,
llevado a presencia del cardenal y convencido por éste de espiar a su esposa,
se niega y la delata al Conde de Rochefort. D'Artagnan y sus amigos deciden
asumir la misión en su lugar.
Parten los cuatro amigos con sus lacayos y después de una
serie de aventuras y de quedar Porthos, Aramis y Athos fuera de combate y
heridos por el camino en emboscadas de los agentes del cardenal, D'Artagnan
logra llegar a Inglaterra tras herir y dejar fuera de combate a otro de los
enviados del cardenal, el Conde de Wardes.
Al notar Buckingham que le han robado dos de los doce, y
teniendo la certeza que ha sido obra de la condesa de Winter, cierra los
puertos ingleses para evitar que los herretes robados lleguen al cardenal y
ordena a su joyero realizar dos réplicas de los faltantes, y los entrega a
D'Artagnan junto con los originales, que parte para Francia y logra devolverlos
a la reina Ana, justo a tiempo para salvar su honor y para vergüenza del
cardenal, que es puesto en evidencia delante del Rey.
La venganza del implacable Richelieu llega rápidamente. La
noche siguiente Constance es secuestrada. D'Artagnan parte para encontrar a sus
amigos y en Amiens, donde había quedado Athos, recibe como confidencia de éste
la historia de un noble y su mujer, a la que, al descubrir que estaba marcada
con una flor de lis en el hombro, había ahorcado, pero poco después a causa de
su borrachera, Athos reconoce sin quererlo que el noble de la historia en
realidad es él. Poco después se batirá con Lord de Winter, barón de Sheffield y
tras vencerle y perdonarle la vida, se hace amigo del barón.
Mientras preparan la adquisición del equipo que necesitarán
en la campaña del sitio de La Rochelle, D'Artagnan, reanuda relaciones con Lord
de Winter, que le presenta a su cuñada, Milady de Winter.
D'Artagnan rápidamente se enamora de la linda noble, pero
pronto se entera de que ella no le ama, siendo en realidad una agente del
cardenal. Con la ayuda de una criada llamada Ketty (a la que previamente ha
seducido) se las arregla para pasar una noche con Milady, haciéndose pasar en
la oscuridad por su amante, el Conde de Wardes.
Pero poco después y tras haber tenido relaciones sexuales
con ella (esta vez sin disfraces), D'Artagnan se entera de un terrible secreto:
Milady tiene una flor de lis grabada a fuego en su hombro, marcándola como una
delincuente. Milady reacciona intentando matar a D'Artagnan que logra escapar
de su casa y acude a Athos, donde le cuenta que Milady tiene una flor de lis en
el hombro, con lo que el mosquetero tiene la certeza de que se trata de la
misma mujer a la que supuestamente había matado años antes. D'Artagnan se
alivia cuando todos los guardias del rey son enviados a La Rochelle, donde el
asedio de la ciudad protestante está teniendo lugar.
Milady hace varios intentos para matar a D'Artagnan dentro y
alrededor de La Rochelle (primero mediante dos asesinos a sueldo, luego
mediante un envío de vino de Anjou que hace pasar como proveniente de sus
amigos), pero fracasa una y otra vez. Al mismo tiempo, y gracias a la ayuda de
Aramis, que es amante de la duquesa de Chevreuse, confidente de la reina,
D'Artagnan se entera de que la reina ha logrado salvar a Constance de la
prisión, donde el cardenal y Milady la habían arrojado y que su amada está
escondida en un convento.
Una noche, los mosqueteros escuchan por casualidad una
conversación entre el cardenal y Milady, en la que Richelieu le pide asesinar
al duque de Buckingham (un partidario de los rebeldes protestantes rocheleses).
Ella pide a cambio la muerte de D'Artagnan. El cardenal entonces escribe un
salvoconducto general a Milady ("Por orden mía y para bien del Estado, ha
hecho el portador de la presente lo que ha hecho"), dándole así permiso
para matar a D'Artagnan. Athos, revelado ahora como el conde de la Fére,
rápidamente se enfrenta a su ex-esposa y la obliga bajo amenaza de muerte a
abandonar el salvoconducto del cardenal.
Tras una hazaña bélica, el cardenal permite a D'Artagnan por
fin ingresar en los Mosqueteros. Debido a la guerra entre Francia e Inglaterra,
cualquier intento por parte de los mosqueteros para advertir al duque de
Buckingham sobre Milady sería considerado delito de traición a la patria, pero
son capaces de enviar a Planchet con una carta al cuñado de Milady (lord
Winter) que por su parte siempre ha sospechado que Milady mató a su hermano.
Milady es encarcelada por lord Winter al enterarse de su
pasado y de sus planes sobre Buckingham, en su llegada a Inglaterra. Pero
pronto seduce a su puritano carcelero John Felton y lo convence, no sólo para
ayudarla a escapar, sino también de asesinar al duque de Buckingham, a quien
aborrece desde hace muchos años. Mientras que el ingenuo Felton asesina con un
cuchillo al primer ministro en Portsmouth, Milady logra embarcar rumbo a
Francia. Tras avisar al cardenal de lo ocurrido, se esconde en el monasterio de
Béthune, al norte de Francia. Para su sorpresa, encuentra allí a Constance, la
cual había sido enviada por la Reina. Fingiéndose amiga de Constance, Milady
averigua que su enemigo D'Artagnan llegará al monasterio en cualquier momento
para rescatarla. Logra escapar justo antes de la llegada de los cuatro
mosqueteros, pero no antes de tomar su venganza: envenenar a Constance que
muere minutos después en los brazos de su amado D'Artagnan.
En ese momento aparece Lord de Winter, y todos juntos
determinan encontrar a Milady y juzgarla. La expedición queda a cargo de Athos,
que revela a Lord de Winter que es el marido de Milady, componiéndose la
expedición de los cuatro mosqueteros, sus cuatro lacayos, Lord de Winter y un
misterioso hombre enmascarado, con una capa roja.
Tras encontrar a Milady, organizan un simulacro de juicio
contra ella en el que la acusan del envenenamiento de Madame Bonacieux; los
intentos de asesinato de D'Artagnan; la instigación y complicidad en el
asesinato del duque de Buckingham (del que son informados en ese momento por
lord de Winter); la corrupción, traición y posterior muerte del siervo de Lord
de Winter, Felton; el asesinato de su difunto marido, Lord de Winter (Conde,
hermano mayor del Barón).
El cargo final viene cuando Athos afirma que Milady, su
esposa, es una criminal marcada con una flor de lis en su hombro. Cuando la
condesa exige que Athos presente al verdugo que la marcó, el hombre con la capa
roja se adelanta y se descubre. Ella inmediatamente lo reconoce como el verdugo
de Lille, el cual narra las primeras fechorías de Milady que llevaron a su
marca, tras seducir y corromper a un sacerdote, su hermano, que después se
ahorcó por remordimientos cuando Milady lo abandonó por el Conde de la Fère
(Athos). Tras ser condenada a muerte por los improvisados jueces, Porthos y
Aramis, es ajusticiada (decapitada por espada) en la otra orilla del Lys, fuera
del territorio de Francia (en la actual Bélgica).
Tras la ejecución de Milady, los cuatro mosqueteros regresan
a La Rochelle. En su camino se encuentran con el conde de Rochefort, principal
agente del cardenal y viejo némesis de D'Artagnan, quien viajaba a Armentiéres
para encontrar a Milady. Rochefort también tiene una orden de arresto para
D'Artagnan por alta traición y espionaje. Cuando el gascón se presenta ante
Richelieu, le cuenta toda la verdad sobre Milady, y admite que él y sus amigos
ya han juzgado, condenado y ejecutado a esa malvada mujer.
A continuación le presenta a Richelieu el papel con el
perdón total escrito por la propia mano del cardenal, que Athos le había
entregado semanas antes tras quitárselo a Milady. Richelieu, impresionado por
el ingenio de D'Artagnan y ya que ha conseguido lo que quería de Milady, ofrece
al joven mosquetero un despacho como teniente de mosqueteros, con el nombre en
blanco. El cardenal hace entrar a Rochefort y pide a los hombres estar en
buenos términos y ser amigos.
El libro termina con D'Artagnan ofreciendo el despacho de
teniente a cada uno de sus amigos, pero ninguno acepta y Athos escribe el
nombre de D'Artagnan en él. Athos continuará siendo mosquetero, a las órdenes
de D'Artagnan, hasta que entra en posesión de una herencia y se retira a sus
propiedades. Porthos ha decidido casarse con Madame Coquenard, la viuda de un
rico procurador y deja el servicio y Aramis cumple su sueño de entrar en el
sacerdocio, abandonando también el servicio, y entrando en un monasterio.
D'Artagnan se bate tres veces con Rochefort, hiriéndole las
tres, pero tras eso, y tras decirle que seguramente le matará a la cuarta,
hacen definitivamente las paces, y se abrazan de todo corazón y para siempre.
Sus vidas, sin embargo, se cruzarán una vez más, en Veinte años después.
D’Artagnan es el protagonista de la novela, un joven gascón
que va a París a hacer fortuna, es impulsivo e ingenioso, no le importa engañar
o mentir para conseguir sus objetivos, disfruta con las intrigas de la corte y
se mueve en ellas como pez en el agua. Es valiente y leal con sus amigos y
quiere medrar en la corte ascendiendo como mosquetero.
De sus tres compañeros, Athos en es más llamativo, un
personaje con un halo trágico, su sentido del honor no le quita que sea también
un hombre práctico. Es el único que no tiene ambiciones, quizás porque ya lo
tuvo todo y renunció a ello. Es un personaje melancólico con más sombras que
luces, a veces se nos presenta derrotado, incapaz de sobreponerse a sus
problemas, dejándose arrastrar por sus amigos más que por querer hacer las
cosas él mismo.
Aramis es un personaje ambicioso, que duda entre la carrera
de armas y la carrera religiosa. Hay que entender que en la época entrar en el
clero no solo era cuestión de fe, también era una forma de ascender en política
pues la iglesia tenía mucho poder. Hay que entender a Aramis en este sentido,
es quizás el personaje más ambicioso de los cuatro.
Porthos es presumido y sus deseos son más modestos, casarse
con una viuda rica que lo mantenga y le permita vivir y vestir bien.
Los personajes aparecen en ocasiones exagerados, engañan, se
emborrachan, se equivocan, su moralidad es muy cuestionable y están muy
alejados del prototipo de héroe, pero también son muy leales, se ayudan y se
protegen aun cuando corran grave peligro y se estén equivocando. Esta es una
novela que habla de la amistad, de la lealtad entre amigos más que en las ideas
o las obligaciones y eso es lo importante, ver cómo son capaces de dejarlo todo
para ayudarse, sin condiciones, sin importar cual es el lío en el que se van a
meter, que cuando uno los necesita allí están los otros tres para apoyarse y
eso es lo que nos está contando esta historia y lo que hace grandes a estos
personajes.
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