viernes, 5 de enero de 2018

Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas



Allá por el año 1700 un novelista, memorialista y panfletista llamado Gautien de Courtilz de Sandras escribe una obra de semi-ficción, en tono de memorias, titulada “Memoires de M. d´Artagnan”, en las que se describe un tanto picarescamente el ambiente de juerga, engaño político y espionaje de la época del Cardenal Richelieu. Esta obra será la inspiración de la de Dumas (padre, otra vez), que tomará de ella, por ejemplo, la descripción de personajes y lugares, aunque luego cambiará muchos de ellos.

 La historia comienza en 1625, en Francia. El protagonista, D'Artagnan, de 18 años, nacido en una familia noble empobrecida de Gascuña, abandona su hogar para dirigrise a París para cumplir su gran sueño: convertirse en un mosquetero de la «Compañía de Mosqueteros del Rey». A tal efecto, lleva consigo una carta escrita por su padre al capitán de la compañía de mosqueteros, el señor de Tréville, que también es gascón, y fue compañero suyo en las guerras de Enrique IV.

 Al pasar por la aldea de Meung, el joven gascón se ve envuelto en una pelea con un caballero misterioso (que más adelante se revelará como el conde de Rochefort), quedando herido e inconsciente. Cuando D'Artagnan recupera la conciencia, se da cuenta de que el caballero ha robado su carta de presentación, a raíz de lo cual nace en él un deseo de vengarse del misterioso personaje.

Ya en París, D'Artagnan, tiene una breve y poco cálida entrevista con el Señor de Trèville, que sin embargo le previene contra el personaje que se encontró en Meung.

 En el camino, mientras buscaba refugio en una posada, D’Artagnan es retado a duelo por los tres mosqueteros: Athos, Porthos y Aramis. Athos, gentil hombre que ha perdido su fortuna, Porthos, de familia noble, gran tamaño y buen corazón y Aramis, aspirante a monje que fuera arrancado de la senda de la iglesia por una aventura.

 El desafío culminará en Paris, donde se reencuentran y conciertan duelos que son interrumpidos por los guardias del cardenal Richelieu, porque los duelos están prohibidos, situación que obliga a los enemigos hacer un solo frente a los soldados del Rey. El triunfo sobre los esbirros del cardenal los convierte en amigos; de ese momento en adelante, las cuatro espadas de estos hombres lucharan siempre del mismo lado.

 Los tres mosqueteros y D'Artagnan se unen para derrotar a los guardias del cardenal, gracias a este hecho, el gascón se gana el respeto y la amistad de Athos, Porthos y Aramis, volviéndose inseparables camaradas, así como el favor del Señor de Trèville.

 D'Artagnan no es uno de los mosqueteros del título, sino que lo son sus amigos Athos, Porthos y Aramis, amigos inseparables que viven bajo el lema «todos para uno y uno para todos». Juntos sirven al rey Luis XIII y enfrentan a su primer ministro, el cardenal Richelieu, y a sus agentes Milady de Winter y el conde de Rochefort, para así resguardar el honor de la reina Ana de Austria.

 Los tres mosqueteros es, principalmente, la historia del cuarto mosquetero, o futuro mosquetero: d´Artagnan, que de inmediato se ve metido en las luchas callejeras contra los guardias del Cardenal Richelieu, que, en principio, es el malo malísimo de la historia, y en otras muchas peripecias, junto con sus tres amigos. La historia de los diamantes de la reina, el rapto de Constanza, las aventuras amorosas de d´Artagnan, el asedio de La Rochela, la cabalgata en pos de Milady. Todas estas aventuras principales se suceden con otras menores que sazonan aún mas si cabe la novela. La hacen mas picante.  La intriga aumenta al aparecer Milady, una mujer bellísima, deslumbrante pero siniestra y con un pasado que ella guarda en el más profundo secreto.

 Los cuatro protagonistas son caballeros sin tacha ni mácula. Su honor es prístino, su crédito ilimitado, pero emborracharse una diversión de lo más sano. Saltarse la ley un pasatiempo habitual. La venganza una necesidad, la bravuconería un estilo de vida, si hay que asesinar se asesina, y si hay que mentir, pues se miente.



 ¿De qué va eso de los tres mosqueteros? En realidad va de que el Cardenal Richelieu, verdadero gobernante del país, se considera además el más capacitado para ello frente a un rey joven y caprichoso que se aburre y una reina que pasa su tiempo intrigando contra el país que gobierna, o bien con España, su país de origen, o bien con Inglaterra, con el duque de Buckingham, al que ama secretamente y que la pretende con descaro.

 Así pues también va de amor. El amor correspondido del héroe por la bella Constance, que por cierto está casada aunque su marido sea un canalla. O el amor suicida del duque de Buckingham, gobernante “de facto” de Inglaterra, dispuesto a tirar por la borda el reino que administra con tal de ligarse a la reina de Francia. O de los amores secretos de Aramis, que por cierto es mosquetero sólo por accidente, mientras espera entrar en religión, o de los nada secretos amores de Porthos, con la esposa de un procurador a la que extorsiona vilmente para conseguir la pasta del marido. Y si no del amor perdido de Athos, que habiendo descubierto la marca de la traición en su reciente y joven esposa, la mandó ahorcar.

 Después de una entrevista con el rey Luis XIII, quien por su rivalidad con el cardenal queda encantado con D'Artagnan, este último es aceptado como cadete de un regimiento de la Guardia Real, presidida por el señor des Essarts, esperando la posibilidad de llegar a ser mosquetero.

 Después de obtener alojamiento y tomar un criado, llamado Planchet, conoce a la joven y bonita esposa de su maduro casero, Constance Bonacieux, de la que inmediatamente se enamora. Constance y D'Artagnan ayudan a la reina de Francia, Ana de Austria y al duque de Buckingham a mantener una cita secreta en el palacio del Louvre. En la cita, la reina regala a su amante una caja de madera que contiene doce herretes de diamantes, originalmente regalados a ella por su esposo Luis XIII.

 El cardenal Richelieu, informado del regalo por sus espías, persuade al rey para invitar a la reina a un baile donde se espera que ella luzca los herretes, con la esperanza de descubrir al rey su historia de amor con Buckingham.

 Constance intenta persuadir a su esposo, el señor Bonacieux, para ir a Londres y recuperar los herretes, pero éste, que había sido detenido, llevado a presencia del cardenal y convencido por éste de espiar a su esposa, se niega y la delata al Conde de Rochefort. D'Artagnan y sus amigos deciden asumir la misión en su lugar.

 Parten los cuatro amigos con sus lacayos y después de una serie de aventuras y de quedar Porthos, Aramis y Athos fuera de combate y heridos por el camino en emboscadas de los agentes del cardenal, D'Artagnan logra llegar a Inglaterra tras herir y dejar fuera de combate a otro de los enviados del cardenal, el Conde de Wardes.

 Al notar Buckingham que le han robado dos de los doce, y teniendo la certeza que ha sido obra de la condesa de Winter, cierra los puertos ingleses para evitar que los herretes robados lleguen al cardenal y ordena a su joyero realizar dos réplicas de los faltantes, y los entrega a D'Artagnan junto con los originales, que parte para Francia y logra devolverlos a la reina Ana, justo a tiempo para salvar su honor y para vergüenza del cardenal, que es puesto en evidencia delante del Rey.

 La venganza del implacable Richelieu llega rápidamente. La noche siguiente Constance es secuestrada. D'Artagnan parte para encontrar a sus amigos y en Amiens, donde había quedado Athos, recibe como confidencia de éste la historia de un noble y su mujer, a la que, al descubrir que estaba marcada con una flor de lis en el hombro, había ahorcado, pero poco después a causa de su borrachera, Athos reconoce sin quererlo que el noble de la historia en realidad es él. Poco después se batirá con Lord de Winter, barón de Sheffield y tras vencerle y perdonarle la vida, se hace amigo del barón.

 Mientras preparan la adquisición del equipo que necesitarán en la campaña del sitio de La Rochelle, D'Artagnan, reanuda relaciones con Lord de Winter, que le presenta a su cuñada, Milady de Winter.

 D'Artagnan rápidamente se enamora de la linda noble, pero pronto se entera de que ella no le ama, siendo en realidad una agente del cardenal. Con la ayuda de una criada llamada Ketty (a la que previamente ha seducido) se las arregla para pasar una noche con Milady, haciéndose pasar en la oscuridad por su amante, el Conde de Wardes.

 Pero poco después y tras haber tenido relaciones sexuales con ella (esta vez sin disfraces), D'Artagnan se entera de un terrible secreto: Milady tiene una flor de lis grabada a fuego en su hombro, marcándola como una delincuente. Milady reacciona intentando matar a D'Artagnan que logra escapar de su casa y acude a Athos, donde le cuenta que Milady tiene una flor de lis en el hombro, con lo que el mosquetero tiene la certeza de que se trata de la misma mujer a la que supuestamente había matado años antes. D'Artagnan se alivia cuando todos los guardias del rey son enviados a La Rochelle, donde el asedio de la ciudad protestante está teniendo lugar.

 Milady hace varios intentos para matar a D'Artagnan dentro y alrededor de La Rochelle (primero mediante dos asesinos a sueldo, luego mediante un envío de vino de Anjou que hace pasar como proveniente de sus amigos), pero fracasa una y otra vez. Al mismo tiempo, y gracias a la ayuda de Aramis, que es amante de la duquesa de Chevreuse, confidente de la reina, D'Artagnan se entera de que la reina ha logrado salvar a Constance de la prisión, donde el cardenal y Milady la habían arrojado y que su amada está escondida en un convento.

 Una noche, los mosqueteros escuchan por casualidad una conversación entre el cardenal y Milady, en la que Richelieu le pide asesinar al duque de Buckingham (un partidario de los rebeldes protestantes rocheleses). Ella pide a cambio la muerte de D'Artagnan. El cardenal entonces escribe un salvoconducto general a Milady ("Por orden mía y para bien del Estado, ha hecho el portador de la presente lo que ha hecho"), dándole así permiso para matar a D'Artagnan. Athos, revelado ahora como el conde de la Fére, rápidamente se enfrenta a su ex-esposa y la obliga bajo amenaza de muerte a abandonar el salvoconducto del cardenal.

 Tras una hazaña bélica, el cardenal permite a D'Artagnan por fin ingresar en los Mosqueteros. Debido a la guerra entre Francia e Inglaterra, cualquier intento por parte de los mosqueteros para advertir al duque de Buckingham sobre Milady sería considerado delito de traición a la patria, pero son capaces de enviar a Planchet con una carta al cuñado de Milady (lord Winter) que por su parte siempre ha sospechado que Milady mató a su hermano.

 Milady es encarcelada por lord Winter al enterarse de su pasado y de sus planes sobre Buckingham, en su llegada a Inglaterra. Pero pronto seduce a su puritano carcelero John Felton y lo convence, no sólo para ayudarla a escapar, sino también de asesinar al duque de Buckingham, a quien aborrece desde hace muchos años. Mientras que el ingenuo Felton asesina con un cuchillo al primer ministro en Portsmouth, Milady logra embarcar rumbo a Francia. Tras avisar al cardenal de lo ocurrido, se esconde en el monasterio de Béthune, al norte de Francia. Para su sorpresa, encuentra allí a Constance, la cual había sido enviada por la Reina. Fingiéndose amiga de Constance, Milady averigua que su enemigo D'Artagnan llegará al monasterio en cualquier momento para rescatarla. Logra escapar justo antes de la llegada de los cuatro mosqueteros, pero no antes de tomar su venganza: envenenar a Constance que muere minutos después en los brazos de su amado D'Artagnan.

 En ese momento aparece Lord de Winter, y todos juntos determinan encontrar a Milady y juzgarla. La expedición queda a cargo de Athos, que revela a Lord de Winter que es el marido de Milady, componiéndose la expedición de los cuatro mosqueteros, sus cuatro lacayos, Lord de Winter y un misterioso hombre enmascarado, con una capa roja.

 Tras encontrar a Milady, organizan un simulacro de juicio contra ella en el que la acusan del envenenamiento de Madame Bonacieux; los intentos de asesinato de D'Artagnan; la instigación y complicidad en el asesinato del duque de Buckingham (del que son informados en ese momento por lord de Winter); la corrupción, traición y posterior muerte del siervo de Lord de Winter, Felton; el asesinato de su difunto marido, Lord de Winter (Conde, hermano mayor del Barón).

 El cargo final viene cuando Athos afirma que Milady, su esposa, es una criminal marcada con una flor de lis en su hombro. Cuando la condesa exige que Athos presente al verdugo que la marcó, el hombre con la capa roja se adelanta y se descubre. Ella inmediatamente lo reconoce como el verdugo de Lille, el cual narra las primeras fechorías de Milady que llevaron a su marca, tras seducir y corromper a un sacerdote, su hermano, que después se ahorcó por remordimientos cuando Milady lo abandonó por el Conde de la Fère (Athos). Tras ser condenada a muerte por los improvisados jueces, Porthos y Aramis, es ajusticiada (decapitada por espada) en la otra orilla del Lys, fuera del territorio de Francia (en la actual Bélgica).

 Tras la ejecución de Milady, los cuatro mosqueteros regresan a La Rochelle. En su camino se encuentran con el conde de Rochefort, principal agente del cardenal y viejo némesis de D'Artagnan, quien viajaba a Armentiéres para encontrar a Milady. Rochefort también tiene una orden de arresto para D'Artagnan por alta traición y espionaje. Cuando el gascón se presenta ante Richelieu, le cuenta toda la verdad sobre Milady, y admite que él y sus amigos ya han juzgado, condenado y ejecutado a esa malvada mujer.

 A continuación le presenta a Richelieu el papel con el perdón total escrito por la propia mano del cardenal, que Athos le había entregado semanas antes tras quitárselo a Milady. Richelieu, impresionado por el ingenio de D'Artagnan y ya que ha conseguido lo que quería de Milady, ofrece al joven mosquetero un despacho como teniente de mosqueteros, con el nombre en blanco. El cardenal hace entrar a Rochefort y pide a los hombres estar en buenos términos y ser amigos.

 El libro termina con D'Artagnan ofreciendo el despacho de teniente a cada uno de sus amigos, pero ninguno acepta y Athos escribe el nombre de D'Artagnan en él. Athos continuará siendo mosquetero, a las órdenes de D'Artagnan, hasta que entra en posesión de una herencia y se retira a sus propiedades. Porthos ha decidido casarse con Madame Coquenard, la viuda de un rico procurador y deja el servicio y Aramis cumple su sueño de entrar en el sacerdocio, abandonando también el servicio, y entrando en un monasterio.

 D'Artagnan se bate tres veces con Rochefort, hiriéndole las tres, pero tras eso, y tras decirle que seguramente le matará a la cuarta, hacen definitivamente las paces, y se abrazan de todo corazón y para siempre. Sus vidas, sin embargo, se cruzarán una vez más, en Veinte años después.

 D’Artagnan es el protagonista de la novela, un joven gascón que va a París a hacer fortuna, es impulsivo e ingenioso, no le importa engañar o mentir para conseguir sus objetivos, disfruta con las intrigas de la corte y se mueve en ellas como pez en el agua. Es valiente y leal con sus amigos y quiere medrar en la corte ascendiendo como mosquetero.

 De sus tres compañeros, Athos en es más llamativo, un personaje con un halo trágico, su sentido del honor no le quita que sea también un hombre práctico. Es el único que no tiene ambiciones, quizás porque ya lo tuvo todo y renunció a ello. Es un personaje melancólico con más sombras que luces, a veces se nos presenta derrotado, incapaz de sobreponerse a sus problemas, dejándose arrastrar por sus amigos más que por querer hacer las cosas él mismo.

 Aramis es un personaje ambicioso, que duda entre la carrera de armas y la carrera religiosa. Hay que entender que en la época entrar en el clero no solo era cuestión de fe, también era una forma de ascender en política pues la iglesia tenía mucho poder. Hay que entender a Aramis en este sentido, es quizás el personaje más ambicioso de los cuatro.

Porthos es presumido y sus deseos son más modestos, casarse con una viuda rica que lo mantenga y le permita vivir y vestir bien.

 Los personajes aparecen en ocasiones exagerados, engañan, se emborrachan, se equivocan, su moralidad es muy cuestionable y están muy alejados del prototipo de héroe, pero también son muy leales, se ayudan y se protegen aun cuando corran grave peligro y se estén equivocando. Esta es una novela que habla de la amistad, de la lealtad entre amigos más que en las ideas o las obligaciones y eso es lo importante, ver cómo son capaces de dejarlo todo para ayudarse, sin condiciones, sin importar cual es el lío en el que se van a meter, que cuando uno los necesita allí están los otros tres para apoyarse y eso es lo que nos está contando esta historia y lo que hace grandes a estos personajes.

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