domingo, 11 de febrero de 2018

Noches blancas de Fedor Dostoievski

La historia nos la cuenta un narrador que es el protagonista del relato; una persona taciturna que a pesar de vivir en una gran ciudad como San Petesburgo no habla con nadie; su distracción consiste en pasear por los mismos sitios a diario, fijarse en las personas y en los edificios y contentarse con los que de ellas puede percibir. Y así pasan los años (ocho) hasta que por casualidad una noche conoce a Nástenka de la que se enamorará locamente. A lo largo de cuatro noches se ven y se cuentan sus historias personales; el narrador es un soñador porque es lo único que tiene en la vida (sus sueños); Nástenka le cuenta que está enamorada de un inquilino que vivía en casa de su abuela pero que cree no ser correspondida.
  Y llega la cuarta noche cuando el inquilino no aparece en la cita y todo parece solucionarse; el narrador y Nástenka se prometen amor eterno. Sus vidas tristes hasta el momento que parecían noches oscuras, de repente, se convierten en noches blancas donde la luz vence a la oscuridad por unas horas. Y ciertamente la victoria de ese amor es solo momentáneo porque sucederá algo que podría hacer cambiar esa historia.

  Las noches blancas son unas noches en las que la oscuridad no llega a hacerse plena en los últimos días del mes de junio siendo famosas las que se producen en San Petesburgo.


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