domingo, 11 de febrero de 2018

A la sombra de las muchachas en flor de Marcel Proust

En esta obra encontramos dos partes bien diferenciadas: en la primera Proust nos describe la vida y amores de Marcel en París (continuando la historia con la que finalizaba "Por la Parte de Swann"), mientras que en la segunda parte nos describe los meses que pasa Marcel en el balneario de Balbec donde conocerá nuevamente el amor.

En esta primera parte Marcel se nos presenta como un personaje que aún no sabe lo que quiere: primero quiere ser escritor porque su padre quiere que se dedique a la diplomacia pero cuando finalmente éste decide apoyarlo Marcel descubre que la literatura tampoco es lo suyo, las cosas típicas de la edad...

  Marcel asiste a una representación operística en la que la gran estrella es una soprano a la que llaman la Berna y en la que nuestro no disfruta nada, es más se siente decepcionado por su actuación pero estas apreciaciones cambian cuando al final de la representacióin la soprano es ovacionada por un público emocionado. A esto se le suma que días después Marcel lee unas críticas excelentes de los periódicos a la actuación de la Berna y el Sr. Norpois (personaje que parece influirle de una manera determinante en este periodo de su vida) alaba durante una cena en casa de los padres de Marcel dicha actuación.

En esta primera parte asistimos además a la narración de ese amor que ya se inició en el anterior volumen entre Gilbert (hija de Odette y Swann) y nuestro protagonista Marcel. En esta ocasión asistimos a los primeros pasos que da Marcel para introducirse en el hogar de los Swann, y su posterior discusión con Gilbert que los lleva a separarse. En este punto recrea nuevamente a la perfección  la incertudumbre que sufren las personas cuando dejan de hablarse por una nimiedad pero que no se atreven a ser ellos adar ese primer paso que los llevaría a la reconciliación. En el caso que nos ocupa, tras muchas dudas Marcel se atreve a dar ese paso pero justo en el momento en el que va a visitar a Gilbert se la encuentra por la calle acompañada por un muchacho; este hecho le sentará como una puñalada y por ello deja definitivamente de visitar la casa de los Swann.

  Ya en la segunda parte Marcel se marcha junto a su abuela al balneario de Balbec, -la actual Cabourg-  en la baja Normandía. Allí parece encontrar el amor nuevamente. Cuando nos describe a todas las chicas que ve en Balbec parece mostrarnos que siente deseos -más bien de tipo sexual- por todas ellas, y si hay algo que sorprende es que en muchas ocasiones estas chicas van vestidas como si de hombres se trataran. De todas las chicas que conoce parece que  es de una en particular de la que parece enamorarse: Albertine.

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