En esta obra encontramos dos partes bien diferenciadas: en
la primera Proust nos describe la vida y amores de Marcel en París (continuando
la historia con la que finalizaba "Por la Parte de Swann"), mientras
que en la segunda parte nos describe los meses que pasa Marcel en el balneario
de Balbec donde conocerá nuevamente el amor.
En esta primera parte Marcel se nos presenta como un
personaje que aún no sabe lo que quiere: primero quiere ser escritor porque su
padre quiere que se dedique a la diplomacia pero cuando finalmente éste decide
apoyarlo Marcel descubre que la literatura tampoco es lo suyo, las cosas
típicas de la edad...
Marcel asiste a una
representación operística en la que la gran estrella es una soprano a la que
llaman la Berna y en la que nuestro no disfruta nada, es más se siente
decepcionado por su actuación pero estas apreciaciones cambian cuando al final
de la representacióin la soprano es ovacionada por un público emocionado. A
esto se le suma que días después Marcel lee unas críticas excelentes de los
periódicos a la actuación de la Berna y el Sr. Norpois (personaje que parece
influirle de una manera determinante en este periodo de su vida) alaba durante
una cena en casa de los padres de Marcel dicha actuación.
En esta primera parte asistimos además a la narración de ese
amor que ya se inició en el anterior volumen entre Gilbert (hija de Odette y
Swann) y nuestro protagonista Marcel. En esta ocasión asistimos a los primeros
pasos que da Marcel para introducirse en el hogar de los Swann, y su posterior
discusión con Gilbert que los lleva a separarse. En este punto recrea
nuevamente a la perfección la
incertudumbre que sufren las personas cuando dejan de hablarse por una nimiedad
pero que no se atreven a ser ellos adar ese primer paso que los llevaría a la
reconciliación. En el caso que nos ocupa, tras muchas dudas Marcel se atreve a
dar ese paso pero justo en el momento en el que va a visitar a Gilbert se la
encuentra por la calle acompañada por un muchacho; este hecho le sentará como
una puñalada y por ello deja definitivamente de visitar la casa de los Swann.
Ya en la segunda
parte Marcel se marcha junto a su abuela al balneario de Balbec, -la actual
Cabourg- en la baja Normandía. Allí
parece encontrar el amor nuevamente. Cuando nos describe a todas las chicas que
ve en Balbec parece mostrarnos que siente deseos -más bien de tipo sexual- por
todas ellas, y si hay algo que sorprende es que en muchas ocasiones estas
chicas van vestidas como si de hombres se trataran. De todas las chicas que
conoce parece que es de una en
particular de la que parece enamorarse: Albertine.
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