domingo, 18 de febrero de 2018

El Crimen de Lord Arthur Saville de Oscar Wilde


En una fiesta organizada por una aristócrata inglesa, unos personajes conocen a Mr. Podgers, un quiromante. Este lee la mano a muchos de los personajes pero con Lord Arthur Saville queda sorprendido con lo que le lee y no se atreve a contárselo.

  En las lineas de su mano está escrito su destino, y Lord Arthur se ve en el dilema de cumplir cuanto antes con lo que le marca éste, o hacer como si no supiera nada. Sin ningún tipo de reservas Arthur decide "ayudar" al destino y adelantar los acontecimientos. Para el protagonista es un deber cumplir con la obligación que cree tener, siendo esta una crítica genial a una sociedad hipócrita como la victoriana. Para esta el deber lo era todo, y Wilde lo lleva al extremo ¿si el deber te pide que asesines, tienes que cumplir con él? Arthur Saville al ser un aristócrata no tiene duda y cumple con su deber, y es más no le queda ningún remordimiento por lo hecho.

  Si esta es la crítica más importante de Wilde a la sociedad victoriana, no es la única. Por ejemplo muestra la ociosidad de estos aristócratas que tienen como "hobbies" tener bufones que les diviertan en las fiestas como quiromantes (muy de moda en la época), que por supuesto deben de ser de una menor escala social o al menos no ser británicos. Cuando la duquesa Paisley oye que hay un quiromante en la fiesta dice: "Que horror. Espero que por lo menos sea extranjero. En ese caso no resultaría tan espantoso".

  Donde encontramos la más feroz crítica de Wilde en la obra es en la que hace a Scotland Yard. Cuando el protagonista busca dinamita para cometer el crimen. Por un momento piensa en ir a la policía a preguntar donde conseguirla pero deshecha la idea porque "nunca parecían saber gran cosa sobre los movimientos de los irlandeses responsables de la facción de la dinamita hasta después de producidas las explosiones, y luego tampoco sabían demasiado".

  Tenemos que tener en cuenta que ya existía en Irlanda un movimiento nacionalista irlandés que perpetró numerosos atentados por aquellos años. Por ejemplo en 1885 estos nacionalistas hacen explotar una serie de bombas en el Puente de Londres, la Torre de Londres y la Cámara de los Comunes.  Y en 1887 atentaron contra la abadía de Westminster intentando asesinar a la reina Victoria.

Pero no acaba ahí la cuestión. Wilde vive en  un mundo que se encuentra en la llamada "Paz Armada" y en su obra la cuestión también aparece para dejar en mala situación a Scotland Yard.

  En eso años Gran Bretaña seguía siendo la primera potencial mundial, gracias a su inmenso poder naval y a su imperio colonial. Alemania que había nacido como estado en los años 70 del siglo XIX, llegó tarde al reparto colonial de manera que quería hacerse con parte del pastel. Convirtiéndose en un peligroso rival para Gran Bretaña si quería mantener la hegemonía mundial. ¿Qué tiene que ver el contexto político con la novela? Mucho, puesto que uno de los personajes será el espía alemán Conde Rouvaloff. Wilde utiliza a este personaje para atizar aún más a la policía. Genial resulta el párrafo en el que el espía alemán pregunta: "... a quién irá dirigido (el artefacto)? Si es para la Policía o alguien relacionado con Scotland Yard, me temo que no podré hacer nada. Los policías ingleses son buenos amigos nuestros y hace mucho que he descubierto que, si confiamos en su estupidez, podemos hacer lo que queramos..."

Por supuesto, el establishment esperó pacientemente para vengarse y cuando, en un mal paso de Oscar Wilde, vió llegar su oportunidad lo hizo de una manera brutal.

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