En una fiesta organizada por una aristócrata inglesa, unos
personajes conocen a Mr. Podgers, un quiromante. Este lee la mano a muchos de
los personajes pero con Lord Arthur Saville queda sorprendido con lo que le lee
y no se atreve a contárselo.
En las lineas de su
mano está escrito su destino, y Lord Arthur se ve en el dilema de cumplir
cuanto antes con lo que le marca éste, o hacer como si no supiera nada. Sin
ningún tipo de reservas Arthur decide "ayudar" al destino y adelantar
los acontecimientos. Para el protagonista es un deber cumplir con la obligación
que cree tener, siendo esta una crítica genial a una sociedad hipócrita como la
victoriana. Para esta el deber lo era todo, y Wilde lo lleva al extremo ¿si el
deber te pide que asesines, tienes que cumplir con él? Arthur Saville al ser un
aristócrata no tiene duda y cumple con su deber, y es más no le queda ningún
remordimiento por lo hecho.
Si esta es la
crítica más importante de Wilde a la sociedad victoriana, no es la única. Por
ejemplo muestra la ociosidad de estos aristócratas que tienen como
"hobbies" tener bufones que les diviertan en las fiestas como
quiromantes (muy de moda en la época), que por supuesto deben de ser de una
menor escala social o al menos no ser británicos. Cuando la duquesa Paisley oye
que hay un quiromante en la fiesta dice: "Que horror. Espero que por lo
menos sea extranjero. En ese caso no resultaría tan espantoso".
Donde encontramos la
más feroz crítica de Wilde en la obra es en la que hace a Scotland Yard. Cuando
el protagonista busca dinamita para cometer el crimen. Por un momento piensa en
ir a la policía a preguntar donde conseguirla pero deshecha la idea porque
"nunca parecían saber gran cosa sobre los movimientos de los irlandeses
responsables de la facción de la dinamita hasta después de producidas las
explosiones, y luego tampoco sabían demasiado".
Tenemos que tener en
cuenta que ya existía en Irlanda un movimiento nacionalista irlandés que
perpetró numerosos atentados por aquellos años. Por ejemplo en 1885 estos
nacionalistas hacen explotar una serie de bombas en el Puente de Londres, la
Torre de Londres y la Cámara de los Comunes. Y en 1887 atentaron contra la abadía de
Westminster intentando asesinar a la reina Victoria.
Pero no acaba ahí la cuestión. Wilde vive en un mundo que se encuentra en la llamada
"Paz Armada" y en su obra la cuestión también aparece para dejar en
mala situación a Scotland Yard.
En eso años Gran
Bretaña seguía siendo la primera potencial mundial, gracias a su inmenso poder
naval y a su imperio colonial. Alemania que había nacido como estado en los
años 70 del siglo XIX, llegó tarde al reparto colonial de manera que quería
hacerse con parte del pastel. Convirtiéndose en un peligroso rival para Gran
Bretaña si quería mantener la hegemonía mundial. ¿Qué tiene que ver el contexto
político con la novela? Mucho, puesto que uno de los personajes será el espía
alemán Conde Rouvaloff. Wilde utiliza a este personaje para atizar aún más a la
policía. Genial resulta el párrafo en el que el espía alemán pregunta:
"... a quién irá dirigido (el artefacto)? Si es para la Policía o alguien
relacionado con Scotland Yard, me temo que no podré hacer nada. Los policías
ingleses son buenos amigos nuestros y hace mucho que he descubierto que, si confiamos
en su estupidez, podemos hacer lo que queramos..."
Por supuesto, el establishment esperó pacientemente para
vengarse y cuando, en un mal paso de Oscar Wilde, vió llegar su oportunidad lo
hizo de una manera brutal.
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