sábado, 17 de febrero de 2018

El vientre de París de Emilio Zola

La novela describe la vida cotidiana de la sociedad parisina en torno al nuevo mercado central de Les Halles de París, gigantesco edificio metálico con muros de cristal, que fue una de las construcciones parisinas más relevantes del II Imperio, construido entre 1854 y 1870 por Víctor Baltard y derribado cien años después.
Florent, que ha ha vivido deportado en Cayena durante años, regresa a una ciudad en la que vivió su juventud y en la que se reencuentra con su hermano menor Quenu, casado con Lisa Macquart. Florent se dedica contra su voluntad a ejercer de inspector de pescado en el mercado central y encuentra en su tiempo libre su verdadera vocación, la docencia y la política. Con un grupo de correligionarios conspirará contra el Segundo Imperio y, al final, sus actividades le conducirán a una nueva deportación.
Florent es bondadoso, tímido, idealista y desprendido, había sido deportado injustamente a Cayena en los momentos del golpe de estado que encumbró a Napoleón III. A su regreso a París dedica sus esfuerzos a construir una sociedad distinta, igualitaria y más justa. Ingenuo y crédulo, es engañado por casi todos y su fracaso final significa la derrota del idealismo frente a los intereses materiales.
Hambriento y desencantado al ver muertos los ideales republicanos que defendió, Florent siente una sensación permanente de nausea ante el París ahíto, cebado, del Segundo Imperio. A pesar de sus tibios esfuerzos y los consejos de su hermano, no logra encajar en la sociedad del Mercado. Infeliz con su trabajo y con la sociedad parisina, desea promover una nueva revolución. Febrilmente y con algunos compañeros de café, empieza a elaborar un plan que derribe al gobierno, mientras se siente cada vez más asqueado con ese Mercado Central cuya abundancia es para él un símbolo del apoyo de la burguesía bien alimentada al Emperador.
Quenu es muchacho sencillo que se deja influir por su mujer, Lisa. Nada puede hacer para evitar la desgracia final de Florent.
Lisa Macquart, casada con Quenu, vive desahogadamente de una charcutería que el matrimonio tiene en los alrededores del mercado de Les Halles. Como la llegada de Florent sacude la paz familiar, Lisa denunciará las conspiraciones de Florent y será la causante de su arresto.
Lisa Macquart había llegado a París como ahijada de una buena señora que, con su bondad, la libró de una vida estrecha y llena de penurias en su Plassans natal, al separarla de una madre alcohólica y de un padre haragán. Cuando la bondadosa señora falleció, Lisa entró como dependienta en una charcutería de la que acabó por ser dueña tras casarse con el sobrino del propietario.
En el mercado de les Halles se desarrolla una lucha entre lo material, los alimentos y quienes allí trabajan y viven, y lo espiritual y quienes, como Florent, quieren cambiar la sociedad. Los primeros son egoístas e insolidarios, los segundos son desprendidos y fraternales (en el sentido de la Revolución Francesa). Por eso, los dos protagonistas/antagonistas (Lisa y Florent) son los símbolos de ambos campos, incluso aunque Florent no llegue ni a imaginar en su ingenuidad que haya sido Lisa quien lo traicionase.
Los mercados de Les Halles estaban frente a la iglesia de San Eustaquio. Para construir el mercado de Les Halles hubo que derruir todo un barrio entero de París que databa de la Edad Media. El único edificio que se respetó fue la iglesia de San Eustaquio. Zola ve una oposición neta entre los dos edificios: San Eustaquio, símbolo del pasado, de la Edad Media y de un mundo religioso que estaba a punto de perecer; frente a Les Halles, moderno y materialista.
Contrariamente a lo que Zola pensaba que iba a suceder, cien años después, se derribó el mercado y en la nueva explanada del Forum de Les Halles hoy todavía resplandece el impresionante edificio de la iglesia de San Eustaquio. El edificio religioso venció al mercado, pueda ser que siempre sea así.

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