jueves, 1 de diciembre de 2016

Los Pichiciegos de Rodolfo Fogwill

Los Pichiciegos es una novela ambientada en la guerra de las Malvinas, la narración principal transcurre a finales de mayo y principios de junio de 1982 y finaliza cuando los británicos ya han desembarcado en las islas y los soldados argentinos son hechos prisioneros y trasladados a Argentina.
Cuenta la historia de un grupo de soldados que desertan y se ocultan en un refugio subterráneo. Para el ejército oficialmente no existen, han sido dados muertos por la tropa. Su único objetivo es sobrevivir, confiando que la guerra acabe y puedan volver a casa.
Estos soldados, entonces, deciden dejar de combatir con el propósito de volver a sus casas. Es decir, su objetivo ya no era ganar la guerra, sino que se volcaron a sobrevivir, cualquiera sea la manera, para ‘volver al continente’ y reencontrarse con sus familias.
Para poder lograr este nuevo objetivo (después de todo ¿qué soldado nunca tiene como objetivo volver a su casa?) este grupo de chicos decidió cavar una trinchera secreta y estratégicamente ubicada, en la que pasarán sus días hasta que termine la guerra. Decidieron autodenominarse “pichiciegos” y, en efecto, el lugar fue denominado “la pichicera”.
El nombre de pichiciegos se lo dan a sí mismos por semejanza con un animal que vive ocultándose en cuevas que él mismo hace, un día que uno de ellos, un santiagueño, cuenta: “El Pichi es un bicho que vive abajo de la tierra. Hace cuevas. Tiene cáscara dura -un caparazón- y no ve. Anda de noche. Vos lo agarrás, lo das vuelta, y nunca sabe enderezarse, se queda pataleando panza arriba”.
En la "pichicera" tienen casi todo para sobrevivir: calor, provisiones, refugio; pero también puede ser esta el lugar justo para encontrar la muerte por desertores o por mera casualidad.
La ocupación de los pichiciegos es intercambiar mercaderías e información con los ingleses. Pasan la mayor parte del tiempo en el refugio y la vida que llevan se limita a tareas para mantenerse vivos, luchando contra el frío, las enfermedades, soportando el miedo de las bombas que hacen trepidar el refugio, evitando ser descubiertos, y tratando de conseguir comida, raciones, cigarrillos, combustible, pilas para linterna, polvo químico para eliminar el olor...
La pichicera tenía una organización que consistía en que “Los Reyes Magos” eran los que mandaban, y los demás pichis obedecían. También consistía de un almacenero que controlaba las provisiones y de patrullas que se encargaban de conseguir estas últimas.
Las patrullas salen por la noche, de noche hay menos viento, a conseguir recursos de ocasión, despojos de vehículos abandonados, de soldados muertos congelados o de restos de naufragios que llegan a las playas. También hacen intercambios o reciben ayuda de otros soldados argentinos, y de los británicos, de los que obtienen víveres, pilas de linterna, coque o querosén, a cambio de información o ayuda en las tareas de guerra.
Los pichis carecen absolutamente de futuro, caminan hacia la muerte, y en consecuencia, sólo pueden razonar en términos de estrategias de supervivencia. En muchos de los pasajes de la novela podemos ver que los pichiciegos admiraban a los soldados ingleses, y tenían como espectáculo las maniobras de sus aviones en el aire.
La manera en que los pichis relatan con admiración y encandilamiento muchas de las características de los ingleses nos hace ver otra cruda realidad: la diferencia entre los argentinos y los británicos era inmensa. Era inmensa en el sentido de preparación militar, de provisión de armas y equipamientos, de comida y de abrigo.
La miseria humana y la desesperación que podemos ver en la novela hace que estos actos, que algunos podrían tildar deshonrosos, cobardes o mercenarios, puedan ser entendidos por el lector; ya que ante situaciones de tales características la persona humana tiende a comportarse de la manera más instintiva que puede, para lograr sobrevivir.
Estos jóvenes e improvisados soldados que no fueron lo suficientemente preparados ni bien tratados por parte de sus militares de alto rango, ante las situaciones terroríficas que sufrieron decidieron luchar con el único objetivo de volver a casa.
La historia nos deja con la incertidumbre de poder saber si fue algo real o algo ficticio. Al final queda solo un pichi con vida, el cual relata casi toda la historia a un supuesto entrevistador. De manera que el narrador cuenta aquello que, a su vez, le contó el único sobreviviente del grupo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario