viernes, 29 de diciembre de 2017

Harry Potter de J. K. Rowling


Harry Potter es una serie de novelas fantásticas que describen las aventuras del joven aprendiz de magia y hechicería Harry Potter y sus amigos Hermione Granger y Ron Weasley, durante los años que pasan en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. El argumento se centra en la lucha entre Harry Potter y el malvado mago Lord Voldemort, quien asesinó a los padres de Harry en un intento fallido de matar a Harry, para así poder acabar con la profecía que citaba su propia muerte. Voldemort no consigue acabar con la vida de Harry Potter, pues este último, al estar protegido por el amor de su madre, logra protegerse.
La historia comienza con la celebración del mundo mágico. Durante muchos años, había sido aterrorizado por el malvado mago Lord Voldemort. La noche del 31 de octubre, mató a Lily y James Potter. Sin embargo, cuando intenta matar a su hijo de 1 año, Harry, la maldición asesina Avada Kedavra se vuelve sobre sí mismo. El cuerpo de Voldemort resulta destruido, pero él sobrevive: no está muerto ni vivo. Por su parte, a Harry solo le queda una cicatriz con forma de rayo en la frente que es el único remanente físico de la maldición de Voldemort. Harry es el único sobreviviente de la maldición asesina, y a raíz de la misteriosa derrota de Voldemort, el mundo mágico empieza a llamarlo como «el niño que sobrevivió».
El 1 de noviembre, Rubeus Hagrid, un semi-gigante, deja a Harry con los únicos parientes que le quedan, los crueles Dursley. Estos son su tío Vernon, su tía Petunia y Dudley, su primo malcriado. Ellos intentarán en vano esconder su herencia mágica (por ejemplo, al decirle que sus padres murieron en un accidente de tráfico, o castigándolo severamente después de cualquier comportamiento extraño). Sin embargo, la víspera de su undécimo cumpleaños, Harry tiene su primer contacto con el mundo mágico cuando recibe cartas del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, las cuales eran entregadas por lechuzas, aunque su tío impide que pueda leerlas. Ya en su cumpleaños, Hagrid aparece y le dice a Harry que existe un mundo mágico y otro «muggle», puesto que él es un mago, ha sido invitado a asistir al colegio.
Al contrario que en novelas como las de Las Crónicas de Narnia, en las que se trata un universo alternativo, o El Señor de los Anillos, donde la «Tierra Media» se trata de un pasado ficticio, el mundo mágico de las novelas de Harry Potter es un universo paralelo al nuestro y contiene diversos elementos mágicos análogos a cosas del mundo no mágico o muggle. Este universo mágico tiene una organización política para cada Estado; en el caso del Reino Unido, donde se desarrolla la mayor parte de la acción, la máxima institución es el Ministerio de Magia. Existe un «Estatuto Internacional del Secreto» que obliga a todos los magos y brujas del mundo a mantener en secreto la existencia del mundo mágico de los muggles.
La capacidad de hacer magia, según las novelas, es innata más que aprendida, aunque los jóvenes magos deben asistir a escuelas con el fin de dominarla y controlarla. Esta capacidad es totalmente hereditaria, aunque existan magos hijos de muggles (o «sangre sucia» de forma despectiva) pues estos siempre debieron tener un ascendente mago; también es posible que existan hijos de magos sin alguna capacidad mágica. A estos últimos se los llama «squibs». Los magos tienen un desarrollado sistema social, con su propia moneda, sanidad y una compleja red de transportes y comunicaciones.
Dentro del mundo mágico, coexisten con los magos otras criaturas que también son mantenidas en secreto y fuera de contacto con los muggles. Entre ellas se encuentran dragones, fantasmas, unicornios, sirenas, centauros y los dementores o los elfos domésticos. La historia transcurre desde 1981, cuando Dumbledore entrega a Harry a sus tíos al comienzo de La piedra filosofal, hasta 1998, al final de Las Reliquias de la Muerte.

jueves, 28 de diciembre de 2017

El Señor de los Anillos de J.R.R. TOLKIEN


Los dioses forjaron anillos de poder y fueron entregados a las diversas razas que poblaron el mundo.
Nueve anillos fueron dados a los reyes de los hombres, siete anillos a los reyes enanos, y tres anillos a los reyes de los elfos. Mientras, Sauron, un dios maligno, aprendió el secreto de la creación de los anillos y forjó el Anillo, tan poderoso que era capaz de dominar a todos los otros. En posesión del Anillo, Sauron diseminó el mal que marcó el final de la Segunda Era.
El Anillo terminó siendo arrancado de Sauron y las fuerzas del mal fueron derrotadas. Sauron perdió su forma corpórea y su espíritu quedó preso en la Tierra de Mordor. La historia de las dos primeras Eras del Mundo, incluyendo la creación de los Anillos de Poder y la derrota de Sauron son contadas en el libro El Silmarillion.
En cuanto al Anillo, que desapareció después de la batalla, después de causar muchos males, cayó en manos de Gollum, un hobbit que fue pervertido por la fuerza maligna del anillo, pasando la vida aislada en una cueva oscura y lleno de agua fétida. El libro El Hobbit narra una serie de aventuras vividas por el hobbit Bilbo Bolsón, que accidentalmente toma posesión del Anillo y lo lleva a la Comarca.
J. R. R. Tolkien planeó El Señor de los Anillos como una secuela de su anterior novela, El hobbit, pero terminó por convertirse en una historia de mucho más alcance y extensión. Su historia se desarrolla en la Tercera Edad del Sol de la Tierra Media, un lugar ficticio poblado por hombres y otras razas humanoides como los hobbits, los elfos o los enanos, así como por muchas otras criaturas reales y fantásticas.
La novela narra el viaje del protagonista principal, el hobbit Frodo Bolsón, para destruir el Anillo Único y la consiguiente guerra que provocará el enemigo para recuperarlo, ya que es la principal fuente de poder de su creador, el Señor Oscuro Sauron. Resulta que Sauron, el Señor Oscuro, no sale en el libro. Sauron es el malo. Se habla mucho de él, pero no sale en ningún momento. ¿Cómo que Sauron no sale? Se espera que Gandalf, Aragorn y Frodo luche fieramente contra Sauron en un combate final. Pero no. Se una horda de enemigos defendiendo el Monte del Destino para que Frodo no pudiera destruir el anillo. Pero no. Al final, Frodo llega solo a su destino, sin que prácticamente nadie se interponga en su camino. Ni Sauron ni nadie está allí para impedirle que lleve a cabo su misión. ¿Cómo puede ser que Sauron no se defienda? ¿Cómo puede ser que ni tan solo salga en el libro? La respuesta es muy sencilla: Sauron no existe. Nunca existió.
Una de las maravillas de El Señor de los Anillos es que está escrito de manera que parece que hay muchos peligros y enemigos, pero en realidad no hay ninguno. El protagonista principal de la historia es Frodo, él es quien tiene la responsabilidad de destruir el anillo. Y Frodo no se encuentra prácticamente a ningún enemigo en todo el camino. Se interna en las tierras enemigas sin que nadie le obstaculice, y llega hasta el Monte del Destino, el lugar donde el anillo debe ser destruido, totalmente solo. No hay nadie allí para impedirle que lleve a cabo su misión. Ni tan siquiera hay una simple muralla que le dificulte el paso. Únicamente hay un rio de fuego, el lugar donde tiene que tirar el anillo para destruirlo. Solo tiene que cogerlo y lanzarlo. Ya está.
La gran mayoría de nosotros creemos que Sauron existe. Creemos que hay enemigos y obstáculos en el mundo y que tenemos que luchar contra ellos. Hay que decir que realmente lo parece. Igual que en El Señor de los Anillos parece que hay muchos enemigos, nuestro mundo también parece estar repleto de peligros. Pero es solo una ilusión. Nuestra lucha es una lucha interna, y nuestros obstáculos son todos internos. Al igual que Frodo, no tenemos la necesidad de desenvainar la espada en ningún momento, porque no hay nadie con quien luchar. Solo tenemos que avanzar. Esta es nuestra misión: avanzar. Poner un pie delante del otro, y luego repetir el proceso una y otra vez.
La verdadera lucha de El Señor de los Anillos es la lucha que tiene Frodo consigo mismo para cargar con el anillo y avanzar. Y cuando llega a su destino, la gran lucha final es conseguir lanzar el anillo al fuego en lugar de sucumbir al deseo de quedárselo. Todo el libro es una lucha interna. La lucha de Frodo consigo mismo. La misma lucha que todos tenemos con nosotros mismos.
Esta trilogía cuenta la aventura de la Comunidad del anillo, por lograr llevar hasta el Anillo Único hasta Orodruin, montaña de lava resplandeciente, ubicada en las tierras de Moldor, para que sea destruido. Esta comunidad está conformada por seres de las diversas razas que habitan sobre la Tierra Media. En ella se encuentran entonces cuatro hobbits: Frodo (protagonista de la historia y portador del anillo), Sam, Pippim y Merry; Légolas (un elfo); Gimli (enano); Gandalf (un mago) y Trancos (un dúnedain, una subraza humana, y quien será descubierto hacia el final de la historia como Aragón, rey de la Tierra Media).


lunes, 25 de diciembre de 2017

La Guerra de las Galaxias


El argumento se sitúa hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana de la nuestra. Allí se ha dado durante siglos un enfrentamiento entre el "lado luminoso de la Fuerza" (representado por los Jedi, protectores de la galaxia) y el "lado oscuro" (representado por los Sith).

 Episodio I: La amenaza fantasma

 La paz de la República se ha ido al traste, porque la Federación de Comercio ha iniciado un bloqueo contra el planeta Naboo. El Senado envía a dos jedis, Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi, su padawan (aprendiz), al Centro de la Federación, para buscar una salida pacífica.

 Pero el virrey de la Federación, Nute Gunray, compinchado con un Sith, Darth Sidious, trata de acabar con los jedis. Éstos ponen pies en polvorosa, y con ayuda de un Gungan al que conocen por el camino, Jar Jar Binks, que ejercerá como guía, liberan a la Reina Padmé Amidala, soberana de Naboo. 

Cuando escapan con ésta, su astronave es atacada por tropas de la Federación, por lo que tienen que realizar un aterrizaje de emergencia en el planeta Tatooine. Allí, intentan comprarle piezas de reparación a Watto, comerciante que tiene como esclavo a un niño llamado Anakin Skywalker, y a su madre, Shmi.

 Por culpa de una tormenta de arena, Qui-Gon Jinn y sus compañeros se refugian en casa de los Skywalker. Shmi le cuenta al veterano jedi que siente la presencia de la Fuerza en su niño. Todo indica que puede ser el Elegido de la profecía Jedi, aquél que aportaría equilibrio a la Fuerza.

 Los jedis apuestan con Watto que si el niño gana una carrera de vainas que se va a celebrar, les dará los repuestos que necesitan. El chico lo consigue.

 En Naboo, Padmé pacta con el líder de los gungan una alianza en contra de la Federación de Comercio. Los gungan, liderados por Jar Jar Binks, luchan contra los droides de la Federación. En la pelea, el equipo de Padmé captura al Virrey Gunray. Mientras, Obi-Wan logra derrotar a Darth Maul, aunque sólo después de que éste acabe con la vida de Qui-Gon.

 Mientras la reina Amidala proclama la paz, el Senador Palpatine es elegido como el nuevo Canciller Supremo de la República...

 Episodio II: El ataque de los clones

 Han pasado diez años. El Conde Dooku lidera un frente que trata de separarse de la República. Amidala, convertida en senadora, vota para crear un ejército de la República que se enfrente con los separatistas.

 Anakin, ya crecido, se ha convertido en jedi, y es asignado a la protección de Amidala. Ambos acaban enamorados, pero deben mantener su idilio en secreto, pues los jedi viven como célibes.

 Cuando Obi-Wan investiga quién trata de matar a Amidala, descubre que un jedi encargó en el planeta Komino la creación de un ejército de clones, a partir del ADN del cazarrecompensas Jango Fett. Obi-Wan persigue a este último hasta Geonosis, el planeta que sirve como base a Dooku, y sus secuaces.

 Tras intentar en vano liberar a su madre, secuestrada en Tatooine, Anakin enloquece, y asesina a los responsables. Poco después viajará a Geonosis para ayudar a Obi-Wan. En la batalla contra los separatistas resultará decisiva la intervención de Yoda, que ha convencido al ejército de clones de que apoyen la causa de la República. En el enfrentamiento final, el Conde Dooku le corta una mano a Anakin, y logra escapar.

 Anakin y Amidala se casan en secreto en Naboo.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Guía del viajero galáctico de Douglas Adams (1979)



Arthur Dent vive en un pacífico pueblito a las afueras de Londres, donde ha pasado la mayor parte de su vida. Pero la casa de Arthur estaba en el camino de construcción de una nueva vía de circunvalación, por lo que ésta debe ser demolida. Arthur protesta enérgicamente contra esta acción, y aunque su casa es demolida de igual modo, no tarda mucho en llegar un equipo de demolición vogon que avisa irónicamente que la Tierra será demolida para dar paso a una autopista galáctica. Afortunadamente para Arthur, su amigo Ford Prefect, que proviene de un planeta del sistema de Betelgeuse y que trabaja para una empresa conocida como la Guía del viajero galáctico— lo salva del terrible destino al cual es condenado el planeta haciendo autoestop, con lo cual se infiltra en una de las naves de la flota Vogona.

Una vez dentro de la nave, Ford le introduce en el oído a Arthur el Pez de Babel, una criatura que se alimenta de los sonidos y los convierte en ondas cerebrales que permiten a su anfitrión entender todos los dialectos que rigen la galaxia. Ford le cuenta a su amigo que paso quince años en la Tierra con el fin de modificar el artículo que la Guía ofrecía de esta, pasando de ser "Tierra: inofensiva" a ser "Tierra: fundamentalmente inofensiva". Antes de que Arthur exprese todas sus protestas respecto al tema, son capturados por los Vogones y condenados a escuchar la poesía del capitán, la cual es calificada por la Guía como la tercera peor del universo, convirtiéndose en un martirio para todo ser vivo que la escuche.

Habiendo sobrevivido y mal interpretado la poesía Vogona, Arthur y Ford son arrojados al espacio, pero son rescatados por el Corazón de Oro, la nave espacial más rápida de la galaxia, que fue secuestrada por Zaphod Beeblebrox, el primo de Ford y expresidente de la galaxia que tiene dos cabezas, y su compañera Trillian, una terrícola que Zaphod se llevó cuando fue a una fiesta en la tierra y cuyo nombre anterior era Tricia Mcmillan, quien viajaba a bordo con dos pequeños ratones. Además, en la nave se encuentra Marvin, un androide infeliz y miserable deprimido de la vida y Eddie que es el ordenador de la nave.

Zaphod comenta a Ford que sus planes son hallar el antiguo planeta de Magrathea, cuyos habitantes eran los encargados de una antigua empresa constructora de planetas. Al poco tiempo encuentran el planeta por el sector en el que están navegando, pero son advertidos y atacados por los sistemas de defensa del planeta, el cual les lanza dos misiles en su búsqueda. La nave evita el ataque convirtiendo los dos misiles en un tiesto de petunias y en una ballena, que van a dar de bruces al planeta.

Ya en la superficie se encuentran con el cadáver de la ballena, el cual está hecho una masa esparcida de sangre y carne, y que ha dejado un agujero en el suelo que conecta a las instalaciones del planeta. Se decide que Arthur y Marvin cuiden la nave, mientras el resto se aventura en el hueco. Mientras Arthur cuida la nave encuentra a un anciano, llamado Slartibartfast, quien lo conduce al interior de las instalaciones. Por medio de hologramas y visiones, le muestra a Arthur una raza de seres pandimensionales que buscaban el sentido de la vida y para ello construyeron Pensamiento Profundo, una supercomputadora que se identifica a si misma como la segunda mejor computadora del universo. Cuando se le pregunta cual es la «respuesta definitiva» (el sentido de la vida, el universo y todo lo demás) el superordenador argumenta que tardara siete millones y medio de años en responderla. Después de pasado ese tiempo dice que la respuesta es 42, y al ver lo perplejos que están sus creadores ante esa respuesta, Pensamiento Profundo argumenta que lo que han de descubrir es la «Pregunta definitiva». Para eso, da los planos de su sucesor, un superordenador mejor que él y que se asemeja a un planeta, el cual sería bautizado como Tierra.

Arthur descubre posteriormente que la Tierra fue destruida cinco minutos antes de que finalizara el experimento que daría la «pregunta definitiva», por lo que se le ha encargado a Magrathea que construya una nueva Tierra. Slartibartfast conduce a Arthur donde sus amigos y donde los dos ratones de Trillian, que resultan ser dos de los seres pandimensionales, científicos, siendo más preciso. Estos, al descubrir que Arthur era parte de la última fase del proyecto, ofrecen a Arthur estudiar su cerebro para hallar la pregunta y aunque este se niega, los ratones están dispuesto a hacerlo por cualquier forma, más Arthur se las arregla para escapar con sus amigos.

Mientras corren para salir de Magrathea, se topan con un par de oficiales de policía que buscan a Zaphod por haber robado la nave del gobierno, y tras un breve encuentro en el que los policías arremeten contra ellos con sus pistolas, los dos caen muertos sin explicación. Cuando vuelven a la superficie, se encuentran con Marvin, quien le explica a Arthur que como se sentía aburrido se puso a hablar con la nave de los policías acerca de sus penas y su miseria, y que esta, en consecuencia, se suicidó. Pronto esta todo el grupo de vuelta en el Corazón de Oro, y debido a que todos tienen hambre, deciden tomar rumbo hacia el restaurante del fin del mundo.

Elon Musk dice que mucha de su ambición se la debe a la novela “Guía del autoestopista galáctico”. “Me enseñó que lo difícil es saber qué preguntas hacer, una vez que lo logras el resto es más fácil”. “Llegué a la conclusión de que todos deberíamos aspirar a aumentar el grado de conciencia para saber mejor qué preguntas hacer.

jueves, 26 de octubre de 2017

“Winesburg, Ohio” de Sherwood Anderson


Winesburg, Ohio, cuyo título completo es Winesburg, Ohio: Colección de relatos sobre la vida en un pequeño pueblo de Ohio, es una novela del escritor estadounidense Sherwood Anderson publicada en su primera edición en 1919. La trama se articula alrededor de la niñez y juventud de George Willard, reportero de un periódico local, y narra a través de veintidós pequeños relatos, los capítulos en los que se divide la obra, las vivencias de la comunidad de Winesburg, Ohio, una localidad ficticia, pese a que existe una población con el mismo nombre.

Con la influencia del “Spoon River Anthology” del también norteamericano Edgar Lee Masters (otra antología de cuentos), Sherwood Anderson fue el escritor que transformó radicalmente la forma de entender y estructurar la narrativa breve. Es gracias a él que se empieza a acuñar la terminología “ciclo de relatos cortos”, ya que, aunque aparentemente el texto parece una sucesión de relatos breves, sin embargo, todos ellos, en su conjunto, pueden ser considerados una novela en toda su plenitud.

Cada uno de los relatos tiene como protagonista a uno de los habitantes del pueblo, y, fiel a su estilo, no crea cuentos a la antigua usanza (como por ejemplo Edgar Allan Poe) donde cada elemento del argumento se dirigía hacia un final donde crecía la tensión hasta conseguir un final sorprendente o emocionante. Se olvida un poco de estos elementos para centrarse más en la psicología de los personajes y donde los finales desafían las expectativas de los que los leen, un entramado de personas muy cercano a la realidad.

En todos estos relatos la soledad y la falta de comunicación son elementos comunes a la vida de todos los personajes. Muchos de ellos sufren una “muerte en vida” de tipo psicológico (sólo hay que ver el caso de Elmer Cowley en el relato “Raro”, que siente que todo el mundo le rehúye y que se encuentra solo; o el del Reverendo Curtis Hartman y sus tentaciones sexuales, que le hacen cuestionarse su vida de sacerdocio), pero entonces tienen una epifanía que les hace darse cuenta interiormente del significado de sus vidas. Con esta fragmentación consigue mostrarnos una realidad inabarcable, imposible de percibir en su totalidad.

El único protagonista que sale en casi todos los cuentos es el periodista George Willard, nexo de unión de todas las historias y personajes. Sherwood Anderson elige para contar esta historia un aparente narrador omnisciente (dado que en realidad él tampoco conoce todo lo que está ocurriendo) y usa la ironía con frecuencia para mostrar los conflictos internos que se dan en todos los personajes. El estilo resulta sencillo en el lenguaje, sin demasiadas complicaciones lingüísticas, metáforas adecuadas y sin enrevesar las estructuras sintácticas.

Su influencia es innegable en escritores posteriores: Hemingway, Faulkner, Steinbeck , Salinger. La obra es excelente, con algunos relatos buenos, y otros magníficos. Además nos muestra la desmitificación del “ideal jefersoniano”, esa sociedad rural utópica y sus ideales, para darnos paso a una realidad diferente donde predomina la incomunicación, la soledad, la alienación de la persona, el conflicto de la persona ante una sociedad poco hospitalaria y que se tecnifica constantemente. Una obra colosal, a pesar de su amargura, y de una vigencia total hoy en día.

La mirada de Anderson sobre este pequeño pueblo estadounidense está llena de afecto, pero también carece por completo de indulgencia. Los personajes que protagonizan las historias son presentados con una economía de medios que prefigura la aridez de Hemingway, por ejemplo, aunque con un estilo muy hermoso y de una sensibilidad notable. Está claro que la propia vida del autor condicionó su forma de enfocar estos relatos y la simpatía del narrador por esos extraños habitantes de Winesburg recorre todas y cada una de las páginas; aunque la mayor parte de los ciudadanos de Winesburg son criaturas desoladas y perdidas, el lector percibe un poso de entrañable calidez en cada uno de sus retratos.

No obstante, la característica común a todos ellos es el fracaso. Todos son seres abandonados por la fortuna, perdedores de una u otra clase que se mueven por ese pueblo casi como fantasmas, anhelando sueños o tiempos mejores. Desde maestras de escuela solitarias y apáticas hasta aparceros rudos y orgullosos, los personajes que presenta Anderson son nobles, pero cansados; hombres y mujeres que llevan dentro de sí algo hermoso, pero que son incapaces de exteriorizarlo y darlo a conocer. Estos personajes hacen gala de una verosimilitud insólita, si bien la mirada del autor sólo se centra en determinadas facetas y se recrea en la compasión. Está claro que al narrador de estas historias le caen bien sus héroes; de alguna manera se identifica con ellos y da por sentados ciertos elementos que no tendrían por qué asumirse desde otra perspectiva.


miércoles, 6 de septiembre de 2017

Según venga el juego de Jean Didion

Según venga el juego está compuesta con instantáneas de una vida, la de una mujer, a la deriva: una mujer, a sus 30 años, madre de una hija a la que apenas puede ver, pareja de un director-artista de Hollywood, embarazada de otro hombre, que no tiene por qué ser representante de su época (la novela es del año 70), pero nos trae el aroma, las ambiciones y los fracasos de su generación, y sobre todo la corrosiva dificultad de ser mujer en un mundo, una época, donde las opiniones y decisiones de las mujeres -a pesar de la apariencia de liberación que prestaban los paisajes del liberalismo- eran papel mojado o meros síntomas de neurastenia. Esto nos lo pone a la vista Didion de manera magistral, con una capacidad extraordinaria para exponerlo a través de detalles, conversaciones banales, a menudo telefónicas, silencios: crea así una angustia, un hastío que, en efecto, acaba haciendo del discurso interior de la protagonista, expresado en la novela por sus actos, no por una plasmación de soliloquios más o menos efectivos, una especie de canto de liberación contra la dictadura de las apariencias.
La protagonista de la novela se llama Maria. Como la segunda película de su marido Carter, que quiso hacerle un poema de amor en imágenes que fue alabado por toda la crítica y le llevó a ser considerado la gran promesa de Hollywood. Sin embargo ese poema de amor cinematográfico no era más que una película de artista que apisonaba a su protagonista: Maria de hecho es incapaz de verse reflejada en la película que su marido le consagraba. Algo así sucede en toda la novela: las relaciones entre Maria y Carter se han ido al garete, Carter -como hombre- tiene la capacidad en la época de impedir que Maria tome ninguna decisión acerca de la suerte de su hija, y además le exige a Maria que aborte su embarazo. La frialdad y economía de los diálogos, la descripción rápida de los personajes, nos presenta un mundo en efecto donde bajo el hechizo del encanto de vivir, del dinero radiante del cine, de la poesía de la promiscuidad, se toman decisiones sin contar con quienes van a padecerlas.
De ahí que sea extraordinario el fragmento en el que Maria sólo se siente de veras libre metida en su coche, conduciendo segura por la autopista, parando sólo a beberse una Coca-Cola en alguna estación de servicio, devorando kilómetros porque sí, sin tener que darle explicaciones a nadie. La casa en la que vive, en Beverly Hills, 1500 al mes, es también un personaje de la novela: es la representante de un estatus vacío, huye de ella durante el día, trata de quedarse en cualquier otro lugar, pero siempre acaba volviendo. Joan Didion conocía muy bien aquella California donde el hippismo se iba haciendo yuppie y quienes antes emprendían la ruta del mundo ahora se conformaban con un fin de semana en Ciudad de México volándose la cabeza con ácido y tequilas antes de presentarse convenientemente despejados a las nueve del lunes en la oficina. Había escrito excelentes reportajes sobre la persecución del «sueño dorado» que tantas veces se trastornaba en pesadilla. Los retratos de muchos de los protagonistas de los textos periodísticos que se recopilaron en Los que sueñan el sueño dorado no desentonarían apenas entre las páginas de Según venga el juego, novela que la revista Time incluyó en su lista de las mejores cien novelas en lengua inglesa publicadas entre los años 1923 y 2005.
Estructurada en capítulos que son pequeños relatos o artículos o cuentos sin desenlace, Según venga el juego podría ser el símbolo de la novela posmoderna donde la mujer hurga en la herida de la feminidad sin ambages demostrando que, tal vez, las mujeres rotas son las únicas capaces de crear algo nuevo. A las otras, las felices, les basta con recibir el aplauso de lo establecido.
Esta novela podría leerse como una especie de Sunset Boulevard revisitado, pues si en aquella se nos contaba el final de un Hollywood dorado a través del microcosmos de una actriz que lo ha perdido todo porque lo había tenido todo, en esta novela, María, la actriz creada por Didion, convive con la certeza de la pérdida antes incluso de haber tenido algo. Es una fracasada postmoderna; una heroína cansada en un mundo donde las mujeres arrastran demasiado peso conceptual porque no completan ni uno solo de los ciclos para los que la vida las reclama: maternidad, sexo, amor, profesión, vida social, vejez… Maria Wyet encarna a la mujer de hoy de alma fracturada en pequeños mundos estancos, excluyentes, obligadas a vivir en el dolor incesante de tener que elegir siempre.
El personaje que pone en pie Según venga el juego, es de una hondura admirable, desasosegadora. Para los demás sólo es un ángel que una vez tuvo su gracia y ahora se ha vuelto un maniquí molesto fácil de transportar. En la novela, y en cursiva (ya digo, como si fuera un reportaje, como si la periodista Didion hubiera tenido acceso al cuaderno personal de su protagonista), se reproducen al final algunas de sus anotaciones. Sólo había un sitio donde pudiera acabar un personaje como Maria en el Hollywood de los años 70, donde los ansiolíticos se tomaban para saludar el sol del nuevo día. La novela de Didion es un mazazo extraordinario contra una sociedad de impostores que sólo tiene una regla: el que descubra que somos impostores queda expulsado. Y esa es la gran desgracia de la protagonista, que está a la vez dentro y fuera de ese mundo. Lo dice una de las páginas de su cuaderno: «Sé lo que significa 'nada' pero sigo jugando». La novela, con guión de la propia Joan Didion y John Dunne, fue llevada al cine por Frank Perry, con Tuesday Weld interpretando a Maria y Anthony Perkins a Carter.
Fuente: Juan Bonilla, 30/1/17, El Mundo de España, Cultura

lunes, 14 de agosto de 2017

Stanislaw Lem por Elvio E. Gandolfo


Stanislaw Lem falleció en 2006. Su libro “Solaris” es un clásico absoluto del siglo XX, a la altura de, por ejemplo, El extranjero de Camus, o El cazador oculto de Salinger.

La fiebre del heno es una obra maestra de la novela policial bizarra. Una serie de muertes de astronautas en Italia termina por apuntar a un culpable curioso: el exceso de planos de complejidad de la vida masiva.

En su ciencia ficción hay dos sabores, sólo aparentemente diversos: el de los libros “serios”, como Fiasco, Edén, Memorias encontradas en una bañera (densamente kafkiana), o El invencible. Luego están una novela satírica como El congreso de futurología y las decenas de cuentos, entre filosóficos y surreales, reunidos en tomos sucesivos de “historias del piloto Pyrx” o “retornos” o “diarios” de las estrellas.

Su “primera novela de ciencia ficción”, es Astronautas, de 1951. El libro tiene una importancia esencial, porque su éxito inesperado fue el que lo decidió a cultivar con altura un género que lo llevó incluso a formar parte de la Asociación de Escritores Norteamericanos de Ciencia Ficción, aunque fue expulsado cuando se le ocurrió criticar el bajo nivel del género en Estados Unidos.

La chispa fue un paseo y una conversación con un “señor gordo” del que no sabía que era jefe de una editorial. Comentaron la falta de novelas polacas del género. Allí el compañero de charla le encargó que escribiera una. “Al cabo de unas semanas”, comenta en un texto autobiográfico, “me llega el contrato, sólo falta poner el título. Puse Astronautas, aunque no sabía aún de qué iba a ser el libro”. El resultado fue insólito. La novela no sólo funcionó muy bien en Polonia, sino también (y acaso sobre todo) en Alemania.

sábado, 12 de agosto de 2017

Paul Theroux


Tras licenciarse en la universidad en 1963, viajó primero a Italia y después a África, donde ejerció la docencia en Malaui y Uganda. Más tarde, en 1968, lo haría en la Universidad de Singapur durante 3 años. A principios de los años setenta se estableció en Reino Unido, donde residiría durante diecisiete años.

Actualmente vive en Estados Unidos, aunque continúa viajando por el mundo. Su trabajo más renombrado es El gran bazar del ferrocarril, de 1975,​ un diario de viaje sobre una travesía en tren desde el Reino Unido hasta Japón de ida y vuelta atravesando Europa, Oriente Medio y el sur y el este de Asia hasta llegar al destino y volviendo a través de Rusia.

Libros de viajes:

(1975) El gran bazar del ferrocarril: en tren a través de Asia

(1979) El viejo expreso de la Patagonia: un viaje en tren por las américas

(1988) En el gallo de hierro: viajes en tren por China

(1992) Las islas felices de Oceanía: una odisea en Kayak por el Pacífico

(1995) Las columnas de Hércules: un viaje en torno al mediterráneo

(1998) La sombra de Naipaul

(2002) El safari de la estrella negra: desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo

(2008) Tren fantasma a la estrella de oriente: tras las huellas de El gran bazar del Ferrocarril

(2011) El Tao del viajero

(2013) El último tren a la zona verde. Mi safarí africano definitivo

(1980) El fin del mundo

(1983) El reino del mar: viaje alrededor de Gran Bretaña

(1984) Navegando por China

(1988) Patagonia express

miércoles, 2 de agosto de 2017

Hamlet

La obra transcurre durante la edad antigua en Dinamarca, más precisamente en el palacio real en Elsinor. Hamlet se siente melancólico y abatido por las cosas del mundo. Su madre se ha casado con Claudio (el hermano de su padre), el nuevo rey, y Hamlet deambula por el palacio lleno de sospechas y dudas.

Hamlet es visitado por el fantasma de su padre y le informa que ha sido asesinado por Claudio para llegar a ser rey y casarse con su madre. El fantasma le dice que Claudio vertió veneno en su oído, lo que le causó la muerte; y pide además a Hamlet que se vengue acabando con la vida del fratricida sin hacer daño a Gertrudis.

El papel del padre, del fantasma, es plantar la semilla del infortunio. Sin él no hay revelación del fratricidio, y sin revelación no hay tragedia. Pero sabemos desde la escena I, que este rey ha matado antaño, en combate singular, a su vecino Fortinbrás de Noruega, y que ha anexado sus tierras. Imposible no vincular el acontecimiento al desenlace del drama: la victoria del joven Fortinbrás y la reconquista del reino perdido. Lejos de ser la primera víctima, el rey Hamlet sería entonces el primer asesino de esta historia, y es a la cuenta de él que sería menester agregar el origen del ciclo trágico

A Hamlet le corresponde la venganza del asesinato de su padre, pero se angustia entre la acción y la duda. Hamlet duda si el fantasma es o no su padre y si lo que le ha dicho es cierto. Se finge loco para que la gente no sospeche de lo que trama en secreto.

Hamlet aprovecha la visita de una compañía de actores a la corte para descubrir si el mensaje del fantasma es verdadero. Se reproduce en escena el asesinato de su padre y estudia las reacciones del rey Claudio. Hamlet se convence de que el fantasma ha dicho la verdad porque Claudio al contemplar el asesinato de su hermano representado en palacio se enfada.

Pero aun así no actúa. ¿Qué es lo que frena Hamlet? ¿Qué es lo que lo paraliza? Probablemente lo que lo frena para ejercer la acción es el conocimiento de que para castigar el mal se debe recurrir a los mismos medios utilizados por el mal. A Hamlet el deseo de venganza lo impulsa y la reflexión lo cohíbe. Huye de su tarea porque sabe que la muerte engendra muerte y la venganza más odio y mas venganza. ¿Por eso Hamlet vacila, reflexiona, pospone?.

Hamlet está melancólico y deprimido, y tiene motivos, a lo largo de la obra, es traicionado y abandonado a su suerte por los diferentes cimientos sobre los que se sustenta su existencia: por el amor (el desdén forzado de Ofelia, obligada a dejarlo), por la amistad (la traición de Rosencratz y Guildersten), por la familia (el asesinato de su padre a manos de Claudio, con la probable complicidad de su madre) e incluso por la sociedad que aprueba la temprana boda entre Claudio y Gertrudis. En un breve intervalo de tiempo la vida de Hamlet se ha hecho añicos, su vida es un caos, la fingida locura tal vez tenga algo de real. Hamlet siente que vive en un mundo de engaños y corrupción.

La causa de la extraña actitud es objeto de gran debate entre el rey y la reina, que creen que sufre una perturbación por la muerte de su padre. Polonio, el chambelán de la corte, cree que la locura de Hamlet se debe a la prohibición de que cortejase a su hija Ofelia. Polonio considera que Hamlet está sufriendo los efectos del amor que siente por su hija quien ha tenido una relación afectiva y amorosa con Hamlet en tiempos anteriores al inicio de la acción dramática. Ofelia rompe la relación devolviendo a Hamlet algunos recuerdos que él le había dado. Hamlet reacciona con furia, enloquecido, diciéndole que se vaya a un convento, palabra que también significaba prostíbulo en aquella época.

Si Hamlet hubiera permanecido pasivo después de la vista del espectro, entonces Polonio, Ofelia, Laertes,  Rosencratz y Guildersten, Claudio, Gertrudis y Hamlet mismo no hubieran muerto. Todo en la obra depende de la respuesta de Hamlet al espectro

Con una astucia fascinante Shakespeare dio al padre y al hijo el mismo nombre. El espectro es un guerrero, mientras que el príncipe es un intelectual universitario, de una nueva era. Dos Hamlet se confrontan, sin nada en común, prácticamente, salvo el nombre. El espectro espera que Hamlet sea una versión del mismo. El espectro es rudo, marcial, el príncipe es un escéptico, un lector y un aficionado al teatro al que se le ha asignado una tarea totalmente inapropiada para él.

Hay una sorprendente variedad de libertades disponibles para Hamlet: podría casarse con Ofelia, ascender al trono después de Claudio si la espera fuese soportable, derribar a Claudio casi en cualquier momento, irse a la Universidad de Wittenberg sin permiso, organizar un golpe de mano puesto que es el favorito del pueblo, o incluso dedicarse pergeñar obras para el teatro. Como su padre, podría centrarse en ser soldado, a la manera del joven Fortinbrás. Pero Hamlet esta paralizado.

Hay otro motivo que puede frenar al príncipe. ¿De quién era hijo Hamlet? ¿Desde cuándo habían empezado el incesto y el adulterio de Gertrudis? Puesto que la obra se niega decirlo ni nosotros ni Hamlet lo sabemos.

Claudio adopta con afecto a su sobrino, lo quiere como a un hijo propio. ¿Teme Hamlet, que matar Claudio sea matar a su padre natural? Gertrudis muere con Hamlet pero es notable que Hamlet no mate a Claudio hasta que sabe que el mismo está muriendo y de que su madre ha muerto ya.

Cuando Hamlet, ya seguro del asesinato de su padre a manos de Claudio, luego de la representación teatral,  se dirige a hablar con su madre y se encuentra de pronto con Claudio, que está rezando, esta punto de matarlo pero se abstiene porque piensa que matarlo mientras reza valdría enviarlo al cielo, lo que sería un premio y una remuneración, no una venganza.

Hamlet se agarra a cualquier pretexto para aplazar la venganza. En otro momento de la obra Hamlet envía deliberadamente a una muerte súbita a Rosencratz y Guildersten, sin otorgarle tiempo ni para confesarse, sin saber siquiera si tan implicados en la conspiración contra su vida o no, con toda probabilidad no lo están.

¿Y cómo puede conciliarse esta espantosa malevolencia con el hecho de que Hamlet es indiscutiblemente un hombre de gran nobleza y magnanimidad de carácter, con un profundo amor al bien y odio al mal, y con mucho de sacerdotal en su naturaleza, de lo que da fe el sabio, benigno y conmovedor sermón que predica su madre en la escena siguiente?

Hamlet tiene motivos suficientes para su venganza. Está convencido, pues, de la culpabilidad su tío. Presenciamos una oportunidad perfecta cuando encuentra Claudio sólo, desarmado, de rodillas, dándole la espalda y, sin embargo, no hace nada.

Hamlet es como una conciencia sin acción. Durante toda la obra delibera acerca de los actos que podría cometer. Hamlet quiere y no quiere asesinar su tío al mismo tiempo; la pasión se lo ordena, pero la razón lo detiene, y puede actuar sólo en la periferia, en la circunferencia, organizando obras de teatro y fingiendo locura; pero en el centro toda acción ha sido paralizada. Paralizada, excepto cuando la pasión domina la razón; y es víctima de una pasión cuando mata Polonio, cuando envía a la muerte a Rosencratz y Guildersten, cuando mata Laertes, cuando finalmente hace lo propio con Claudio.
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Claudio se caracteriza por la hipocresía, ya que finge ser una persona honrada y justa durante su reinado. A esto puede sumarse la sed de poder, la ambición y su naturaleza homicida, ya que accede al trono por medio del fratricidio.

Claudio no tiene ningún deseo de matar al joven Hamlet; no tiene, además, ningún motivo. No ha usurpado el trono. No es Hamlet el que hubiera sucedido a su padre: es la reina, quien al morir el rey se ha convertido legal y fundadamente en soberana.

Hamlet no puede quejarse de haber sido despojado. Por lo demás, el príncipe no parece tener grandes deseos de reinar. Su inclinación por los grandes sueños filosóficos no deja lugar en su corazón para la ambición. Hamlet no es peligroso para el rey. Además, el asesinato no ha sido público; Hamlet lo ignora. Sin embargo, Hamlet se comporta sombrío y sarcástico. Simula su locura, sin razón alguna, ya que no corre peligro.

Pero cuando Claudio advierte que su crimen ha sido descubierto planifica una misión diplomática para enviar a Hamlet a Inglaterra. El rey envía a Hamlet a Inglaterra acompañado de Rosencratz y Guildersten que llevan encargo de convencer al rey de Inglaterra para que ejecute al príncipe. Hamlet se entera de la misión, cambia la orden, reemplazándola por la muerte de los dos portadores.

Claudio es un hombre de temperamento fuerte y acción decidida que no dudó en asesinar a su hermano para lograr sus fines. Claudio actúa rápidamente y con firmeza cuando su estabilidad se ve amenazada. Hamlet, por el contrario, demora la acción y espera a estar muriendo para matar a Claudio. Cada uno de ellos sondea la mente del otro: Claudio para averiguar si Hamlet está en verdad loco, Hamlet, para descubrir si el rey es el asesino.
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Gertrudis es uno de los personajes más misteriosos que podamos hallar en la obra Hamlet y este misterio esta dado fundamentalmente por su ambigüedad y por el ocultamiento de su acción interna dentro de la obra. Gertrudis es un personaje típicamente carnal, la mujer que es arrasada por sus deseos.

Luego de la representación teatral, Hamlet enfrenta a su madre, y mientras le reprocha el haberse casado con Claudio, escucha a alguien detrás de una cortina. Como cree que se trata de la voz del rey, saca su espada y se la clava, pero no mata a Claudio, sino al indiscreto Polonio. En el arrebato de ira, el príncipe pensó que quien estaba oculto era el rey Claudio. La muerte de Polonio demuestra porqué un individuo sensible evita la acción, pues es torpe en su ejecución. Entonces aparece el espectro y habla con Hamlet, pero la reina no lo puede ver ni escuchar. El espectro insta a Hamlet a cumplir la venganza.

Al final cuando la reina tiene la seguridad de que la vida de Hamlet estaba en peligro, observa todos los movimientos de Claudio. Es muy probable que ella sospeche de la bebida que Claudio ha preparado para su hijo y que beba de ella para probarla.
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Ofelia está enamorada de Hamlet pero a partir de prohibiciones y confusiones. Al principio de la obra, el padre de la enamorada le prohíbe seguir enamorándose de Hamlet, ya que él se basa en que el príncipe le mentía y solo quería seducirla. El amor de Hamlet por Ofelia es indeterminado, solo sabemos de su amor por las palabras de ella, pero en las escenas que tienen juntos Hamlet desdeña de su amor, y más bien se porta un tanto grosero. Ofelia termina volviéndose loca por amor y se suicida ahogándose en un rio. Es la víctima inocente de la historia.

Hamlet cae prisionero de un pirata, pero es devuelto por ellos mismos a Dinamarca. Regresa a tiempo para presenciar el funeral de Ofelia. Laertes hijo de Polonio, le acusa a Hamlet de la muerte de su padre y hermana.
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Laertes, hijo de Polonio, contrasta con Hamlet por sus agallas y su decisión. Se halla en la misma situación de Hamlet, su padre ha sido asesinado y no duda en vengarlo, toma decisiones rápidas; pero no mide consecuencias y justifica los medios por su fin, sin importarle lo poco éticos que sean. Laertes, sin buscar pruebas ni hacer un análisis de la situación antes de actuar, se apresura para vengar la muerte de su padre. Claudio lo persuade para que participe en un combate de esgrima con Hamlet, equipado con un arma envenenada para asegurar la muerte. Laertes y Claudio preparan un duelo. El plan consiste en envenenar una de las espadas y tener una copa de vino envenenado para el caso de que la espada falle. En el duelo, Laertes hiere a Hamlet.

La reina, Gertrudis, toma del vino envenenado. Los duelistas intercambian las espadas y Laertes es herido. En su agonía, Laertes revela la traición del rey. Cuando ve a su madre envenenada, Hamlet, en un arranque de cólera, arremete con la espada envenenada contra Claudio y logra herir al rey y le hace beber de su propio veneno, cumpliendo finalmente la venganza que el fantasma de su padre anhelaba.

Hamlet ruega a su amigo, Horacio, que cuente la verdadera historia de su tragedia al mundo y antes de morir pide que se declare al príncipe noruego Fortinbrás , heredero del trono. La obra finaliza con la entrada en la corte de Fortinbrás, quien ofrece un funeral militar en honor a Hamlet.
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Fortinbrás , príncipe de Noruega, es otro personaje que contrasta con Hamlet. El padre de Fortinbrás  fue asesinado por el padre de Hamlet, lo que hace que también tenga motivos de venganza. Fortinbrás  entra en acción buscando recuperar las tierras que le pertenecieron a su padre, es un guerrero activo y ganador. Sin embargo por sus acciones temerarias pone en riesgo a miles de vidas.  Antes de su muerte Hamlet enmienda el pecado de su padre nombrándolo sucesor del trono de Dinamarca.


domingo, 30 de julio de 2017

Hamlet de William Shakespeare


Acto I
La obra comienza una fría noche en Elsinor, el castillo real de Dinamarca. Un centinela llamado Francisco es relevado por otro hombre llamado Bernardo. Cuando el primero sale, entra otro centinela llamado Marcelo acompañado de Horacio. En sus conversaciones descubrimos que el protagonista de la obra es el príncipe Hamlet de Dinamarca, hijo del recientemente fallecido rey. Después de la muerte del rey, su tío Claudio se casa con la esposa del soberano, la reina Gertrudis, madre de Hamlet. También relatan el hecho de que Dinamarca tiene una larga enemistad con Noruega, y una invasión por parte de este último país, liderada por el príncipe Fortimbrás, se espera. Los centinelas tratan de convencer a Horacio, quien resulta ser el mejor amigo de Hamlet, de que han visto al fantasma del rey Hamlet cuando este se les aparece. Después de oír a Horacio, el príncipe Hamlet decide ir a la noche al lugar de las apariciones para ver al fantasma el mismo. Polonio es el chambelán del reino; su hijo, Laertes, parte de viaje a Francia y su hija, Ofelia, es cortejada por Hamlet. Polonio le advierte a su hija que debe terminar su relación con Hamlet ya que él es el príncipe y no es el dueño de sus deseos porque estos pueden afectar al Estado. Ofelia promete obedecer y dejar de ver a Hamlet. Esa noche el fantasma se le aparece a Hamlet y le informa que es el espíritu de su padre y que su tío Claudio lo asesinó al verter veneno en su oído mientras dormía. El fantasma le pide que lo vengue matando a su homicida. Tras el encuentro, el príncipe duda si el espíritu es el de su padre y si lo que ha dicho es real.
Acto II
El rey y la reina están muy ocupados tratando de abortar la invasión liderada por Fortimbrás, a la vez que se preocupan por el comportamiento errático y cambiante de Hamlet. Claudio decide enviar a dos amigos de Hamlet (Rosencrantz y Guildenstern) a averiguar la causa de la conducta extraña de su sobrino. Hamlet los recibe cortésmente pero se da cuenta de que lo están espiando. Ofelia se alarma por el comportamiento extraño de Hamlet y le cuenta a su padre que el príncipe entró en su habitación y se quedó mirándola sin decir nada. Polonio presume que es un “éxtasis de amor” la causa de la locura de Hamlet e informa a los reyes. Polonio y el rey Claudio deciden espiar a Hamlet cuando este le habla a Ofelia pensando que están solos. Ofelia le devuelve unas cartas que Hamlet le envió, el príncipe se pone furioso y le insiste para que se marche a vivir a un convento. Hamlet continúa dudando si el fantasma le ha dicho la verdad, por lo que cuando una compañía de actores itinerantes llega a Elsinor se le presenta una solución. La obra resulta ser una recreación de un asesinato, por lo que Hamlet le pide a un actor unas leves modificaciones para que la obra sea una recreación del asesinato de su padre.
Acto III
La corte va a ver la obra y cuando llega la escena del asesinato del Rey, Claudio se inquieta y se retira del lugar abruptamente, lo que demuestra la culpabilidad del rey. Claudio, temiendo por la posible locura de Hamlet, decide enviarlo a Inglaterra por su propia seguridad. Mientras tanto la reina se reúne con Hamlet para tratar de comprender su conducta tan rara, mientras Polonio se oculta detrás de una cortina para espiar y luego contárselo a Claudio. Hamlet le reprocha a su madre su apresurada boda con Claudio, cuando escucha un ruido detrás de la cortina y pensando que es el rey lo apuñala, causando la muerte a Polonio. Luego aparece el fantasma y Hamlet le habla, pero la reina no puede verlo ni oírlo por lo que determina que el príncipe está totalmente loco. Finalmente Hamlet se lleva el cuerpo de Polonio y lo oculta.
Acto IV 
Ofelia enloquece y comienza desvariar y cantar; su hermano Laertes regresa de Francia con la idea de vengar la muerte de su padre. Claudio lo convence de que Hamlet tiene toda la culpa de la muerte de Polonio; en ese momento llega una carta de Hamlet en la que cuenta que su barco con rumbo a Inglaterra fue atacado por piratas, por lo que ha retornado a Dinamarca después de ser liberado. El rey y Laertes organizan un plan: Laertes peleará contra Hamlet con una espada envenenada para así tener más posibilidades de matarlo. En caso de que falle, Claudio le ofrecerá a Hamlet vino con veneno. En ese momento llega la reina para informar que Ofelia se ha ahogado en un río.
Acto V 
Después, dos sepultureros cavan una tumba para Ofelia; es mientras discuten, cuando llegan Hamlet y Horacio. Uno de los sepultureros encuentra el cráneo de Yorick, un bufón con el que Hamlet solía divertirse cuando era niño. Luego llega el cortejo fúnebre de Ofelia encabezado por Laertes. En Elsinor, Hamlet se reúne con Horacio y le cuenta cómo encontró una carta de Claudio en la que ordenaba que cuando Hamlet llegara a Inglaterra, lo mataran, por lo que Hamlet la modificó pidiendo que se dé muerte a Rosencrantz y Guildenstern; en ese momento, un cortesano llamado Osric llega y le informa sobre el duelo con Laertes. En el duelo, Laertes hiere con su espada envenenada a Hamlet pero el príncipe sigue luchando, luego surge un intercambio casual de espadas y termina hiriendo Hamlet a Laertes con su propia espada envenenada . La reina Gertrudis muere al beber el vino envenenado. Laertes confiesa a Hamlet que la trampa del vino fue ideada por el rey. Hamlet, encolerizado, por fin logra herir al rey y le hace beber de su propio veneno, cumpliendo finalmente la venganza que el fantasma de su padre anhelaba. Hamlet, antes de morir, pide que se declare al príncipe Fortimbrás heredero del trono, el cual se presenta en la sala en medio del espectáculo de tantas muertes. La obra finaliza con la entrada en la corte de Fortimbrás, quien ofrece un funeral militar en honor a Hamlet.

La apasionada vida de Modigliani por André Salmon


Su autor, André Salmon (París, 1881- 1969), fue uno de los actores del París de las primeras vanguardias. De familia de artistas, poeta y crítico de arte, fue temprano defensor del cubismo junto con Apollinaire y Raynal (al parecer, y quien dio a Les demoiselles d'Avignon su título definitivo). Entre sus amigos más próximos se encontraban el poeta Max Jacob y los pintores Ortiz de Zárate, Moïse Kisling y Amadeo Modigliani. A este último le dedicó no menos de cuatro libros, el primero en 1926 y el penúltimo, este que comentamos, en 1957. Y junto con Kisling y Emmanuel Modigliani presidió su funeral. Sirvan estos datos para caracterizar tanto la familiaridad del autor con el mundo que describe como la preferencia por el pintor al que dedica esta apasionada biografía. En ella su protagonista emerge de una copiosa memoria de situaciones y personajes, algunos estelares y otros completamente olvidados. Es, por tanto, un retrato con paisaje al fondo.
Entre la obra y la vida de un artista hay una distancia inmensa. El caso de Modigliani es quizás uno de los más extremos. Por un lado tenemos una serie de retratos de hombres y sobre todo de mujeres, de facciones característicamente alargadas y de perfiles bien cortados. Sus escasas esculturas tienen la misma belleza elegante. Y están sus desnudos, que emanan una felicidad casi palpable (y que causaron la clausura de su única exposición en vida). Es decir, tenemos una obra nada dramática, llena de serenidad y equilibrio. Y a su lado, una vida desaforada, la de alguien que ahogaba su inseguridad en alcohol, que vivió en la miseria y murió a los 35 años. Su compañera, Jeanne Hébuterne, estaba embarazada, pero eso no le impidió arrojarse al día siguiente por la ventana. Tenía entonces 21 años y sus padres no quisieron que la enterraran con el pintor.

Naturalmente que una vida desventurada no es la condición del artista, pero no infravaloremos las dificultades que conlleva alojar un genio en tu interior. Saber desarrollarlo, sin asfixiarlo ni sucumbir a su vibración transformadora es algo que pocos logran. Modigliani, en palabras de Salmon, “jamás tuvo otra ambición que la de llegar a convertirse en un gran artista. Jamás se rebajó a calcular sus posibilidades”. En efecto, como certifica el autor muchas páginas después, esa ambición sin previsiones le condujo directamente “a una tumba decente costeada por los amigos, y un lugar de honor en las paredes de los museos de Italia, de Francia y de los Estados Unidos”.
Amedeo Clemente Modigliani nació en Livorno en 1884 y falleció en París en 1920. Los manuales le catalogan como un miembro de la Escuela de París, que por entonces acogía a artistas de todas las nacionalidades. Su obra, que goza de un genuino aprecio del público, como pocos artistas disfrutan (Van Gogh, Chagall o Renoir) es la prueba de que la historia del arte se podría construir tanto a través de los movimientos y los estilos como a través de sus excepciones.

Modigliani bebió de las fuentes que manaban en su tiempo: expresionismo y primitivismo, fundamentalmente. Pero supo fundirlos en un cimbreante clasicismo cuya pureza de líneas no renuncia a trasmitir sensualidad ni emociones. Consolidó y desarrolló este estilo a través de incontables penalidades, como la flor que surge de un tronco negro y retorcido. Y, dramáticamente, sólo lo practicó durante los últimos cinco años de su vida. Su forma de pintar es inconfundible y sólo se parece a sí misma. Se alza solitaria, sin participar de ninguno de los movimientos de su época. A un siglo de distancia de su muerte, podemos decir que sus cuadros rara vez cambian de manos y cuando lo hacen alcanzan precios astronómicos. No ha tenido seguidores, sólo imitadores y es constantemente falsificado.
El libro de Salmon es más que una biografía. No sólo por la amplitud de su enfoque sino por la propia sustancia de la narración. Leemos en sus páginas que “toda biografía que va más allá de la cronología, de la estricta nomenclatura, de la literatura de catálogos, desemboca en una vida novelada”. Sabemos que no siempre es así, aunque lo sea en este caso. La misma estructura del libro es novelesca y las salteadas reflexiones del autor sobre la viabilidad del género biográfico le dotan de espesor. Pero es sin duda la peripecia vital de Modigliani lo que permite levantar sobre ella este andamiaje.

Salmon se detiene poco en los orígenes del pintor, que nace en el seno de una familia judía, cuya decadencia económica marcó su infancia. Fue entonces cuando contrajo una tuberculosis cuyas consecuencias le acompañarían de por vida. Su formación como artista comienza a los 14 años, con un maestro “macchiaioli” (grupo florentino cercano al impresionismo). Luego seguirá asistiendo a clases en Florencia y Venecia. En 1906 llega París y se instala en Montmartre, por entonces un arrabal popular con merenderos y casuchas. Formará parte de la comuna de artistas y poetas que ocupa el célebre Bateau-Lavoir, así bautizado porque su endeble estructura de madera crujía como los barcos-lavaderos que surcaban el Sena.
Si se puede calibrar la personalidad de un hombre por las mujeres que le han amado, la de “Modi” es extraordinaria: la poeta Ajmátova, la escritora Beatrice Hastings, la pintora Marie Vassilieff, la escritora y pintora Nina Hamnett son sólo algunas de las más notorias. Su gran y último amor fue Jeanne Hébuterne, cuyo destino se entrelazó funestamente con el del pintor.

Una de las peculiaridades de esta biografía es que su autor forma parte de la vida del biografiado. Compañero de correrías, de juergas y de inquietudes, Salmon es un observador infatigable de la bohemia en la que Modigliani destaca como una figura especialmente enigmática. No era gran hablador pero se sabía de memoria La Divina Comedia y la recitaba en los momentos más inesperados. Bebía caudalosamente y también trabajaba como un poseso. Era irresistible para las mujeres y sin embargo las abandonaba y maltrataba a la menor ocasión (excepto a Jeanne). Su muerte estuvo a la altura de su vida. Tras unos días desaparecido, Ortiz de Zárate echó abajo la puerta de su casa y lo encontró moribundo al lado de su amada. A pesar de trasladarlo al hospital, murió poco después de meningitis tuberculosa. Aunque hubo que hacer una colecta por los bares para recaudar flores para su ataúd, este fue seguido por un inmenso cortejo compuesto por los personajes más dispares que quepa imaginar.

viernes, 21 de julio de 2017

Apocalipsis de San Juan

San Juan Evangelista era hijo de Zebedeo, un pescador de Galilea, y de Salomé, quien frecuentaba el círculo de discípulos de Jesús. Juan Evangelista fue, junto a su hermano San Santiago Apóstol, uno de los primeros apóstoles de Cristo. Jesús llamaba a Santiago y a Juan «hijos del trueno» por su carácter impetuoso. Ellos dos, junto con San Pedro, constituían el núcleo más íntimo del maestro. Fue San Juan Evangelista quien, con la Virgen María, se encontraba al pie de la cruz cuando murió Cristo.
Tras la resurrección de Jesús, San Juan Evangelista ocupó una posición relevante entre los discípulos. La historia posterior es incierta y se encuentra oscurecida por las leyendas. Se cree que fue responsable de la evangelización de Asia Menor, por lo cual recibió el castigo de los romanos.
San Juan escribió su Evangelio y sus Epístolas en Éfeso (Asia menor) y el Apocalipsis en la isla de Patmos, en el mar Egeo. La palabra griega apocalipsis es traducida como “revelación”. La palabra significa revelar, dar a conocer.
La primera sección está compuesta por las cartas dirigidas a siete iglesias de la provincia romana de Asia. La segunda sección está formada por una complicada serie de visiones, cuyo argumento se desarrolla en el cielo. Sobre este fondo se van revelando las cosas que han de acontecer al final de los tiempos, cuando Dios haga manifiesto el triunfo de su reino eterno.
Esquema del contenido:
1. Los mensajes a las siete iglesias
2. Los siete sellos
3. Las siete trompetas
4. Las señales simbólicas
5. Las siete copas
6. Las visiones del juicio
7. La nueva Jerusalén
1. Los mensajes a las siete iglesias
Está compuesta por las cartas dirigidas a siete iglesias de la provincia romana de Asia.
2. Los siete sellos
Juan describe una puerta abierta en el cielo y una invitación de una gran voz para “subir” con el fin de que se le muestren las cosas “que han de ser después de estas”. Juan vio al Padre sobre Su trono y a su alrededor hay 24 “tronos” más ocupados por “veinticuatro ancianos”.
El primer sello
Examinemos ahora el primer sello: “Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer”.
El segundo sello
Cuando se abre el segundo sello, aparece un caballo rojo: “Cuando abrió el segundo sello, salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada”
El tercer sello
El tercer sello se abre y aparece un caballo negro, símbolo del hambre: “Cuando abrió el tercer sello, salió un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino”.
El cuarto sello
La apertura del cuarto sello revela un caballo amarillo, el cual representa pestilencia o enfermedad: “Cuando abrió el cuarto sello, salió un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra”.
El quinto sello
La apertura del quinto sello no revela un caballo. En su lugar, da una breve visión en conjunto de los futuros problemas mundiales en la historia.
El sexto sello
A continuación viene el sexto sello: “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento”.
El séptimo sello
“Cuando abrió el séptimo, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas”.
Un ángel diferente tomó un incensario “…y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”.
3. Las siete trompetas
Las siete trompetas son el “contenido” del séptimo sello.
Trompeta 1
La primera trompeta causa granizo y fuego mezclado con sangre, que destruye mucha de la vida vegetal en el mundo. Los incendios irán en aumento en todo el mundo y un tercio de los árboles y los bosques serán quemados. Todos los campos verdes, cultivos y pasto serán quemados.
Trompeta 2
La segunda de las siete trompetas trae lo que parece ser un gran meteorito que se precipita en el mar, causando la muerte de mucha de la vida marina del mundo. Juan describe algo así como que una gran montaña que arde arroja fuego al mar. La tercera parte del mar se convertirá en sangre y como un tercio de las criaturas del mar morirán. La tercera parte de las naves en el mar serán destruidas.
Trompeta 3
Una estrella gigante cae del cielo, ardiendo como una antorcha. La tercera parte de las aguas dulces en la tierra se volverá amarga. Muchas personas beberán el agua envenenada y morirán. La tercera trompeta es similar a la segunda trompeta, excepto que afecta los lagos y los ríos del mundo, en vez del mar.
Trompeta 4
Con la 4 Trompeta la tercera parte del sol, la luna y las estrellas se oscurecen. Tanto el día y la noche se ven afectados. El humo y el material expulsado de las tres primeras trompetas oscurecerán el aire y el cielo. Entonces, la cuarta de las siete trompetas ocasiona que el sol y la luna se oscurezcan.
Trompeta 5 – primer ay
Una plaga de “langostas demoníacas” ataca y torturan a la humanidad. Las langostas se parecen a caballos preparados para la batalla, llevan en la cabeza coronas como de oro, tienen rostro como de hombres, cabello como de mujer, sus dientes como de león. Llevan corazas como de hierro. El rumor de sus alas es como el fragor de muchos carros corriendo a la batalla. Tienen colas como de escorpión, como aguijones y en la cola poder para hacer daños a los hombres.
Trompeta 6 – Segundo ay
La sexta trompeta libera a un ejército de demonios que matan a un tercio de la humanidad.
Trompeta 7 – Tercer ay
La séptima trompeta da paso a los siete ángeles con las siete copas de la ira de Dios. Hay un segundo terremoto en todo el mundo. Se acompaña de ruidos, truenos y relámpagos.
4. Las señales simbólicas
Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Estaba encinta y gritaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.
Otra señal también apareció en el cielo: un gran dragón escarlata que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas tenía siete diademas. Su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciera. Ella dio a luz un hijo varón, que va a regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. La mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios para ser sustentada allí por mil doscientos sesenta días.
Entonces hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón. Luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él.
Cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. Pero se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila para que volara al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo. El dragón arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuera arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y se tragó el río que el dragón había echado de su boca. Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer y se fue a hacer la guerra contra el resto de la descendencia de ella, contra los que guardan los mandamientos de Dios.
Entonces, Juan vio salir del mar una fiera como con diez cuernos y siete cabezas. La fiera de la visión parecía un leopardo, con patas como de oso y boca como de león. El dragón le delegó su poder, su trono y una autoridad grande. Todo el mundo admirado seguía a la fiera y adoraba al dragón que dio su autoridad a la fiera.
Juan vio subir de la tierra otra fiera, con dos cuernos como de cordero, que hablaba como dragón. Ejercía toda la autoridad de la primera fiera en su presencia, y obligaba a todos los habitantes de la tierra a adorar a la primera fiera. A todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, hace que les pongan una marca en la mano derecha o en la frente de modo que el que no lleve la marca con el nombre de la fiera o con los números de su nombre no pueda comprar ni vender. El número de la fiera es el número de una persona y equivale a 666.
5. Las visiones del juicio
Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló con Juan diciendo: «Ven acá y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas. Con ella han fornicado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación».
Dice Juan: "Me llevó al desierto, y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, adornada de oro, piedras preciosas y perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación. En su frente tenía un nombre escrito, un misterio: «Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.» Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los mártires".
Dice Juan: "Cuando la vi quedé asombrado con gran asombro. El ángel me dijo: «¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos. La bestia que has visto era y no es, y está para subir del abismo e ir a perdición. Los habitantes de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será".
»Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es y el otro aún no ha venido, y cuando venga deberá durar breve tiempo. La bestia que era y no es, es también el octavo, y es uno de los siete y va a la perdición. Los diez cuernos que has visto son diez reyes que aún no han recibido reino; pero recibirán autoridad como reyes por una hora, juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito: entregarán su poder y autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles.»
“También me dijo: «Las aguas que has visto, donde se sienta la ramera, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. Y los diez cuernos que viste, y la bestia, aborrecerán a la ramera, la dejarán desolada y desnuda, devorarán sus carnes y la quemarán con fuego. Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo y dar su reino a la bestia hasta que se hayan cumplido las palabras de Dios. Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.”
“Oí un ruido en el cielo: como ruido de agua torrencial, como ruidos de muchos truenos, como de muchos arpistas tocando sus arpas. Vi otro ángel volando por lo más alto proclamando con vos potente: “Respeten a Dios y dénle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio. Adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y los manantiales”.
“Vi una nube blanca y en la nube sentada una figura humana, con una corona de oro en la cabeza y en la manos una hoz afilada. El que estaba sentado en la nube metió la hoz en la tierra y la tierra quedó segada”.
6. Las siete copas
“Después vi como se habría el templo en el cielo y oí una voz potente que salia del templo y decía a los ángeles: Vayan a derramar a la tierra las siete copas de la ira de Dios”.
La primera copa causa la aparición de dolorosas úlceras malignas en la humanidad.
La segunda copa provoca la muerte de todo ser viviente en el mar.
La tercera copa causa que los ríos se conviertan en sangre.
La cuarta de las siete copas ocasiona que el calor del sol se intensifique al grado de quemar y causar gran dolor.
La quinta copa causa una gran oscuridad y el aumento del dolor por lo que ocasionó la primera copa.
La sexta copa seca el río Éufrates para dar paso a los ejércitos del anticristo que se habían reunido para librar la gran batalla de Armagedón.
La séptima copa produce en un devastador terremoto seguido por granizos gigantes.
Dice Juan: “Del templo y del trono salió una voz potente que decía: ¡Se terminó!. Después vi bajar del cielo a otro ángel, con gran autoridad y la tierra se deslumbró con su resplandor. Grito con voz potente: ¡Cayó, cayó la Gran Babilonia. Vi el cielo abierto y allí un caballo blanco. Lo monta un jinete cuyos ojos son llama de fuego y en el cabello lleva muchas diademas. Las tropas celestes lo siguen cabalgando blancos caballos. De su boca sale una espada afilada para herir a las naciones”.
“Vi un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una enorme cadena en la mano. El ángel sujetó al dragón, lo encadenó y lo arrojo al abismo. Cerró y selló por fuera. Vi un trono grande y blanco y a uno sentado en él. Se abrió el libro de la vida y los muertos fueron juzgados por sus obras. El mar devolvió a sus muertos. Muerte y abismo devolvieron a sus muertos, y cada uno fue juzgado según sus obras”.
7. La nueva Jerusalén
"Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir".
El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!» Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza». También me dijo: «Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que salga vencedor heredará todo esto, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los idólatras y todos los mentirosos recibirán como herencia el lago de fuego y azufre».
Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas con las últimas siete plagas. Me habló así: «Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del Cordero». Me a una montaña grande y elevada, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios. Resplandecía con la gloria de Dios, y su brillo era como el de una piedra preciosa, semejante a una piedra de jaspe transparente. Tenía una muralla grande y alta, y doce puertas custodiadas por doce ángeles.
El ángel que hablaba conmigo llevaba una caña de oro para medir la ciudad. La ciudad era cuadrada; medía lo mismo de largo que de ancho. El ángel midió la ciudad con la caña, y tenía dos mil doscientos kilómetros: su longitud, su anchura y su altura eran iguales. La muralla estaba hecha de jaspe, y la ciudad era de oro puro, semejante a cristal pulido. Los cimientos de la muralla de la ciudad estaban decorados con toda clase de piedras preciosas. Las doce puertas eran doce perlas, y cada puerta estaba hecha de una sola perla. La calle principal de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente.
No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo. La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Las naciones caminarán a la luz de la ciudad, y los reyes de la tierra le entregarán sus espléndidas riquezas. Sus puertas estarán abiertas todo el día, pues allí no habrá noche. Y llevarán a ella todas las riquezas y el honor de las naciones. Nunca entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los farsantes, sino solo aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero.