miércoles, 30 de noviembre de 2016

David Foster Wallace: la biografía

David Foster Wallace nació 21 de febrero de 1962, en Ithaca, Nueva York. Hijo de James Donald Wallace y Sally Foster Wallace, profesores universitarios de filosofía y literatura respectivamente. El padre, doctor en Moral y Ética, fue alumno de Wittgenstein. La madre, procedía de una saga de granjeros, había aprendido a leer con la Biblia y se había licenciado en Inglés. David y su hermana Amy, dos años menor, consideraban a los padres la pareja ideal y al hogar una maquinaria perfecta donde todo era felicidad.
Cuando David tenía sólo seis meses, la familia se trasladó a la localidad de Champaign, Illinois, donde el futuro escritor pasaría su infancia y juventud temprana. En su adolescencia, Wallace se interesó por el tenis, destacando en la práctica de este deporte. Estudió en el Amherst College, se licenció en inglés y filosofía, especializándose en lógica modal y matemática. En 1987, se licenció en escritura creativa en la Universidad de Arizona. Su tesis para letras fue una novela, que terminó siendo, unos años después, su primera novela publicada.
Hasta 1983 no escribió nada que se pareciese a ficción y ni siquiera era un lector ávido: consumía novelas como fuente informativa o para relajarse. Todo cambió cuando leyó por casualidad a Donald Barthelme, padre del lenguaje quebrado del posmodernismo, y, sobre todo, a Thomas Pynchon (acabó El arcoiris de la gravedad en ocho noches de consumo afiebrado) y Don DeLillo, en quienes encontró una voz conmovedora, loca y nueva.
Se obsesionó tanto con ambos que decidió cambiar sus planes académicos iniciales —dedicarse a la Filosofía y la Lingüística— y concentrarse en la literatura. Después de varios relatos se atrevió con una novela, La escoba del sistema, en la que intentó con demasiada inocencia emular los niveles superpuestos de Pynchon y los diálogos pop de DeLillo, aparecida en 1987, tuvo una gran acogida crítica.
Wallace se trasladó a Boston para ir a la Universidad de Harvard, pero pronto la abandonó. En 1991, comenzó a dar clases de literatura como profesor adjunto en la facultad Emerson College de Boston. En 1992, a la petición de su colega Steven Moore, Wallace consiguió un puesto de trabajo en el departamento de inglés de la Universidad Estatal de Illinois. Trabajabó impartiendo un taller literario en el Pomona College, cerca de su hogar en California.
Sus cuentos cortos, reportajes, entrevistas y obras de ficción se publicaron en revistas de todo tipo. En todas sus obras, de corte experimental, diseccionaba con inteligencia y acidez la sociedad posmoderna. La adicción en ellas es símbolo del malestar de la sociedad capitalista. Consideraba la televisión como una forma narrativa del futuro. Además, la relación del hombre con la realidad aparece en sus obras violentamente mediatizada por el impacto que tienen en él los medios y la tecnología.
David Foster Wallace dejó en su literatura innumerables pistas de que él era, tal vez, la principal fuente de inspiración de su propia ficción. Sus obras son una muestra de sus preocupaciones filosóficas, la fragmentación de la personalidad, la imposibilidad de la comunicación, todo ello mediatizado por el tratamiento de la cultura americana, el estudio de sus aficiones y roles y, sobre todo, de sus excesos.
Estuvo casado, desde 2004 hasta su fallecimiento, con Karen L. Green, una artista plástica a la que había conocido cuando ella le pidió permiso para hacer una obra basada en un cuento. Desde la adolescencia sufría de crisis de ansiedad y depresión, enfermedades que no fueron diagnosticadas hasta 1982 tras un episodio grave y paralizante que le obligó a abandonar temporalmente los estudios. Dos años más tarde fue internado por primera vez en un hospital psiquiátrico, donde emitieron la diagnosis de depresión atípica, caracterizada por cambios reactivos de humor. Desde entonces, vivió medicándose a diario.
La medicación antidepresiva le permitió ser productivo. Cuando experimentó graves efectos secundarios a raíz de los medicamentos, Wallace intentó abandonar su antidepresivo principal, la fenelzina. Siguiendo el consejo de su médico, Wallace dejó de tomar el medicamento en junio de 2007 y la depresión regresó. Tomó una sobredosis de un medicamento contra el insomnio, tuvo que ser hospitalizado y fue sometido a una docena de sesiones de electrochoques. Cuando le dieron el alta era una piltrafa, tenía episodios de amnesia y apenas podía hablar. Cuando regresó a la fenelzina, se encontró con que había perdido su eficacia para escribir y la depresión se agravó meses antes de su muerte.
Wallace se suicidó ahorcándose donde tenía su estudio, en el garaje de su hogar, de Claremont, California, el 12 de septiembre de 2008, a los 46 años. Aparentemente, había ordenado sus papeles y archivos meticulosamente antes del acto final. El cuerpo fue descubierto por la esposa del escritor. A su suicidio había publicado dos novelas, varios libros de ensayo y periodismo, y tres colecciones de relatos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario