El Sal Paradise de todas las ediciones conocidas de esta novela mítica es aquí, al fin, Jack Kerouac. Y Dean Moriarty es Neal Cassady, y Carlo Marx es Allen Ginsberg, y Bull Lee es William Burroughs. Con la publicación del rollo original, la gesta viajera y existencial de En la carretera se vuelve autobiográfica de pleno derecho y a plena luz del día, sin censura alguna. Y el relato adquiere toda su potencia narrativa.
En él la obra original se libera de la poda editorial a que ha sido sometida hasta hoy y recupera su colosal envergadura. Seguimos a Kerouac y a Neal Cassady -el gran buscón, el «santo», el pecador contumaz y pletórico de carisma que roba protagonismo al autor en este viaje iniciático.
El lector siente los anhelos, la desolación, el éxtasis, el alcohol, la hierba, el sexo, el jazz, la época prosaica y adormilada contra la cual gritan; tiene en sus manos una suerte de manifiesto de la beat generation, que tanta épica ha aportado a la literatura, el cine y la música del mundo occidental contemporáneo.
Los personajes recuperan su nombre real, y sus lances amorosos se vuelven más explícitos. Y ello confiere a la historia un tono más genuinamente autobiográfico, sobre todo en lo que concierne a Neal Cassady y Allen Gingsberg.
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