Por el Chelsea han pasado numerosos artistas, músicos y escritores que hicieron del hotel un centro cultural y artístico del mundo bohemio de Nueva York. Está situado en el 222 Oeste de la calle 23, entre las avenidas Séptima y Octava. Construido en 1883, el hotel recibe visitantes, pero principalmente es conocido por residentes de larga temporada.
Fue el primer edificio que se enumeró en la ciudad de Nueva York como lugar cultural y edificio histórico. Construido en 1883 como una cooperativa privada de apartamentos que se abrió en 1884, fue el edificio más alto de Nueva York hasta 1902. Su concepción inicial era la de bloque de apartamentos y no se convertiría en hotel hasta 1905.
En ese entonces el Chelsea, y particularmente la calle en la cual el hotel fue construido, eran el centro del distrito del Teatro de Nueva York. El Chelsea siempre estaba atiborrado de escritores, pintores, músicos que en su mayoría durante años eran huéspedes estables.
Su primer huésped literario fue el escritor Mark Twain. Después la lista es larga: Thomas Wolfe desde 1923 hasta su muerte en 1938 se encerraba en el hotel a trabajar; el escritor O. Henry –seudónimo de William Sydney Porter– vivió varias temporadas, cada vez inscribiéndose con nombres distintos; el dramaturgo Arthur Miller trabajó siete años en el Chelsea mientras su esposa, Marilyn Monroe, filmaba en Hollywood; Tennessee Williams siempre se refugiaba en el Chelsea para sus fracasos con alcohol y drogas; después de vagabundear por Tánger y París. Charles R. Jackson, autor de "The Lost Weekend", se suicidó en su habitación el 21 de septiembre de 1968.
Los poetas Allen Ginsberg y Gregory Corso lo eligieron como lugar para el intercambio filosófico e intelectual. En 1965, William Burroughs vivió ocho meses en ese hotel.
También se conoce como el lugar donde el escritor Dylan Thomas murió por un envenenamiento de alcohol el 4 de noviembre de 1953. Sus últimas palabras fueron “he bebido 18 vasos de Whisky, creo que es todo un record”.
Definitivamente el momento más trágico de la historia del Chelsea fue el 12 de octubre de 1978. En la habitación 100 ese día Sid Vicious, el atormentado bajista de The Sex pistols, se despertó de un largo trance inducido por alucinógenos para encontrar a su novia Nancy Spungen, en ropa interior, tirada en el baño y apuñalada en el abdomen. El cuchillo usado para matar a Nancy pertenecía a Vicious quien originalmente en medio de la confusión se declaró culpable, pero después se retractó.
Luego de este episodio Vicious muchas veces declaró que “quería unirse a Nancy”, por ello trató de suicidarse cortándose las venas y saltando por una ventana, pero su ineptitud le permitió sobrevivir. Finalmente, Sid murió 6 meses después que Nancy y poco antes del juicio. Aparentemente se suicidó con una sobredosis de heroína en una fiesta que su madre organizó cuando fue liberado bajo palabra. Muchas teorías mantienen que Nancy fue asesinada por uno de los dos traficantes de drogas que visitaron aquella habitación esa noche y que, probablemente, también tenían la intención de robar, pues algunos artículos no se encontraron en el cuarto.
En 1966, Andy Warhol y Paul Morrissey filmaron “The Chelsea girls”, un largometraje experimental sin aparente estructura narrativa en el que seguían a diversos residentes del hotel, entre los que se puede localizar a varios habituales de la Factory, como Gerard Malanga, Nico, Ondine, Mary Woronow y Edie Sedgwick.
Andy Warhol elevó la categoría del Hotel Chelsea a protagonista en su película "The Chelsea Girls". Es lo más cerca que alguna vez estuvo Warhol del cine narrativo y hoy este trabajo es visto como un documento antropológico sobre la legendaria escena underground neoyorquina de la época.
Impulsado por Jonas Mekas, Warhol se sumergió en este hotel de la bohemia de Manhattan y grabó 12 historias o, por decirlo de manera más precisa, 12 “momentos”, como si espiara por el ojo de la cerradura, llevando hasta sus límites la concepción del cine como acto vouyerista.
Edie Sedgwick fue la chica ‘It’ de los 60’s, modelo y actriz adorada por Andy Warhol. En algún momento Edie y Andy fueron la “pareja-no-pareja” más solicitadas en Nueva York. Edie se mudó al Chelsea, allí conoció a Leonard Cohen y se enamoró de Bob Dylan. Una noche de 1966, probablemente en un momento de indiferencia alucinógena y a pesar de las advertencias de Leonard Cohen, se durmió con velas prendidas y milagrosamente se despertó en medio del fuego, escapó con leves quemaduras. Después de otros fuegos y escenas en el lobby cuando no tenía dinero para pagar la renta, muchos huéspedes estuvieron complacidos cuando Edie se fue del Chelsea. Despues de tener sus 15 minutos de fama, esta bella rubia hija de un magnate petrolero murió, a los 28 años, por una probable sobredosis de barbitúricos.
Nico y Jim Morrison vivieron muchas noches de pasión en la habitación 110 del Hotel Chelsea. Nico murió absurdamente, en Ibiza, en 1988, de un derrame cerebral, mientras corría en bicicleta. Era la cantante de la Velvet Underground, el grupo de Lou Reed.
Arthur C. Clarke desde su habitación 1008 observaba con un telescopio las estrellas mientras escribía “2001, odisea del espacio”. El irónico e insoportable Arthur C. Clarke, antes de escaparse a su refugio atómico en Sri Lanka, pasó muchas y muchas horas en la habitación 1008 de hotel Chelsea, escribiendo el guión perfecto para que Stanley Kubrick le dejara tranquilo de una puñetera vez. Arthur se pasó mucho tiempo en el iconográfico bar del hotel Chelsea, bebiendo y bebiendo con sus compadres Allen Ginsberg y William Burroughs. A Arthur nunca le gustaba Nueva York. Sólo disfrutaba de la barra del Chelsea.
Leonard Cohen escribió "Chelsea Hotel" para Janis Joplin, cuando se enteró que había muerto por abuso de alcohol y drogas poco después de la noche que pasaron juntos:
“Te recuerdo claramente en el Chelsea Hotel
Ya eras famosa, tu corazón era una leyenda
Volviste a decirme que preferías hombres bien parecidos
pero que por mí harías una excepción”.
Ya eras famosa, tu corazón era una leyenda
Volviste a decirme que preferías hombres bien parecidos
pero que por mí harías una excepción”.
El propio Cohen contó que tomó uno de los ascensores del Chelsea deseando toparse con Brigitte Bardot, pero se encontró con Janis Joplis y tuvieron una aventura sexual. Todo es posible en Chelsea Hotel. Ya tarde, Janis Joplin regresaba a su cuarto cuando se cruzó en el ascensor con el cantante canadiense. Janis le preguntó si sabía dónde se hospedaba el guapo Kris Kristofferson. Cohen, en un rápido reflejo de poeta seductor contestó: “Señorita, está usted de suerte: yo soy Kris Kristofferson”. La broma hizo gracia y el truco funcionó. Ambos pasaron la noche juntos, sólo fue una noche, pero dio lugar a una de las mejores canciones del canadiense.
Kleinsinger fue un compositor que vivió en el Chelsea por casi veinte años. Es conocido por componer la música de la popular canción infantil anglosajona ‘Tubby the Tuba’. El estudio de Kleinsinger en el piso 10, semejaba una curiosa jungla tropical poblada de árboles y plantas. Algunos visitantes no podían creer que estaban en el medio de Manhattan. Entre sus originales mascotas estaban un pitón de 3 metros, una boa, una iguana, pirañas, monos, 40 camaleones, un koala, 3 papagayos y muchas más aves exóticas.
Dos ambiciosos jóvenes se encuentran en Nueva York, Patti Smith, criada en un rígida familia de testigos de Jehová y escapando de New Jersey y Robert, estudiante de arte, hijo de una familia de clase media católica irlandesa. Un día de Julio de 1969 Patti Smith arribo al Chelsea con Robert Mapplethorpe, afectado por una severa infección de encías. Ese era el único refugio donde un artista desconocido y sin un solo dólar podía estar. Ella fue a la oficina de Stanley Bard, administrador del hotel y le dijo: “Hola! Me llamo Patti Smith, y vengo con Robert Mapplethorpe, usted no nos conoce, pero un día nosotros seremos famosos, el problema es que no tenemos dinero… Robert está enfermo, nada serio solo una gingivitis”. Patti Smith le mostró el portafolio de Mapplethorpe para sugerirlo como garantía, después de mucho insistir ella logró que le dieran la llave de la habitación 1017, la más pequeña del Chelsea, pero en aquel momento la 1017 era como el paraíso, confeso Smith en su autobiografía.
Otro huésped del Chelsea, la fotógrafa Sandy Daley prestó a Mapplethorpe una cámara Polaroid y bajo sus tutelaje el comenzó a experimentar. Aparte de ser su mentor creativa ella también se convirtió en su guía del downtown de Nueva York, introduciendo a Mapplethorpe y Smith al Max’s Kansas City, el club frecuentado por la elite creativa de la época, incluyendo Warhol y su comitiva de The factory.
Bob Dylan vivió en el Chelsea entre 1961 y 1964. Algunas versiones aseguran que Bob Dylan se mudó al Chelsea para estar cerca de Sara Lowland, pero Dylan al mismo tiempo mantenía un romance con Joan Baez, que terminó abruptamente. Dylan se casó en secreto con Sara y su primer hijo, Jesse, nació en el Chelsea donde Dylan solía habitar la suite 211, allí escribió ‘Sara’ un homenaje a su esposa.
Siempre se ha dicho que Bob Dylan odiaba a Andy Warhol, porque puso todas las trabas para que Bob jamás pudiera acostarse con la estrella warholiana, Edie Sedwick, guapísima, impresionante. La modelo tenía loco a Dylan desde hacía mucho tiempo. Por supuesto, la conoció en el Hotel Chelsea. ¿Es verdad que se casó con Sara Lowlands, la mujer que le dió sus cuatro hijos, porque Edie le rechazó?.
La existencia del Chelsea no hubiera sido igual sin Stanley Bard, su comprensivo director. El gerente de esta residencia de artistas se mostró casi siempre comprensivo a la hora de cobrar el alquiler a sus inquilinos más necesitados, y llegó incluso a aceptar obras de los artistas que allí residían como forma de pago. Ello ayudó a que el Hotel Chelsea se convirtiera en un verdadero segundo hogar para un numeroso grupo de artistas que revolucionaron la cultura de la del siglo XX. Sin él nunca el Hotel Chelsea hubiera llegado a ser el lugar legendario en el que se ha convertido.
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