lunes, 26 de diciembre de 2016

La vida instrucciones de uso de Georges Perec

Fue publicada en 1978. El libro comienza con un «Preámbulo», donde el autor habla sobre el arte de hacer y completar rompecabezas. Luego se divide en 99 capítulos distribuidos en seis partes, en los que figuran más de 1500 personajes, de los cuales unos 167 son personajes principales, y donde se incluyen numerosas florituras, tipografías, dibujos, esquemas, listas y carteles de diversos productos y eventos reales o ficticios. Cada capítulo se corresponde con una estancia del edificio. Al final de la novela, luego de un breve epílogo, se incluye un plano del inmueble, con la distribución de sus actuales y antiguos habitantes.
La novela cuenta las vidas presentes y pretéritas —incluso en ocasiones fugazmente futuras— de las numerosas personas que habitan o han habitado un antiguo edificio parisino, ubicado específicamente en la calle Simon-Crubellier número 11 del barrio de la Plaine Monceau, en el distrito 17. Cada historia surge de la exhaustiva descripción, por parte de un narrador omnisciente, de alguno de los aposentos del edificio, los cuales son retratados todos en un mismo momento, el 23 de junio de 1975, instantes antes de cumplirse las ocho de la tarde.
En total se relatan más de un centenar de historias diferentes. Estas historias abarcan en conjunto un tiempo comprendido desde 1833 hasta 1975. Muchas de ellas están de alguna manera relacionadas con la de Percival Bartlebooth, que se podría considerar la historia principal de la novela. Bartlebooth es un multimillonario que ha organizado su vida en torno a los rompecabezas, y que para llevar a cabo su proyecto ha recorrido el mundo y recurrido a varios otros habitantes del edificio.
El edificio se construyó sobre dos terrenos, uno de ellos perteneciente al comerciante de madera Samuel Simon, y el otro al alquilador de vehículos Norbert Crubellier. Aquel era un suburbio de pequeña industria, pero luego que sobre los terrenos vecinos comenzara a levantarse un prometedor barrio residencial, ambos decidieron en 1875 comenzar también a parcelar su terreno. Los edificios de la manzana, todos semejantes, fueron construidos sin mucha imaginación por un arquitecto y su hijo. El edificio se acabó de construir en 1885.
La novela acaba con un epílogo referido a la muerte de Serge Valène el viernes 15 de agosto de 1975, durante la fiesta de la Asunción. Desde hace un tiempo, había sido cuidado diariamente por la Sra. Nochère, Elzbieta Orlowska y Célia Crespi. El día anterior el edificio se ha quedado prácticamente vacío.
Valène falleció tranquilo, recostado en su cama. Antes de morir, dejó esbozado un último cuadro, correspondiente a una gran tela donde dividía en cuadrantes regulares el plano de un edificio vacío, como si se tratara de un rompecabezas que, como los de Bartlebooth, tampoco será terminado.
Desde su publicación en 1978, este libro fue calificado como una obra maestra. La vida instrucciones de uso ha sido comparada con otras obras notables, como la Divina comedia de Dante Alighieri, Los cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer y Ulises de James Joyce.
Bartlebooth es un curioso personaje de sobrada fortuna que un buen día toma la decisión de entregarse, el resto de sus años, a una rocambolesca aventura. Solicita del pintor Valene una clase diaria de pintura durante 10 años; una vez dominada la acuarela, emprende un viaje alrededor del mundo con su ayudante que se extenderá 20 años. En ese tiempo pintará 500 marinas que irá enviando, periódicamente, a Gaspard Winckler que se encargará de convertirlas en puzzles de 750 piezas. Al regreso de su viaje, Bartlebooth comienza a armar, también periódicamente, todos esos rompecabezas para que Morellet, artesano, consiga recuperar las acuarelas originales borrando todo rastro de la división del puzzle. Dichas marinas, de nuevo intactas, serán destruidas en una disolución que recobrará la hoja en blanco.
Bartlebooth es la piedra angular de La vida instrucciones de uso, pero sólo uno de sus numerosísimos personajes, habitantes en su mayoría del inmueble de Simon-Crubellier. No estamos ante una novela al uso, sino ante un rompecabezas: un libro cuyos breves capítulos (99) constituyen secciones del edificio. En cada sección Perec nos describe con minucioso detalle la habitación del piso, sus objetos, los cuadros, suelo, techo, esquinas y, cómo no, sus inquilinos. De los inquilinos iremos sabiendo sus historias, las de los antiguos moradores y la de cada uno de los nombres cruzados en sus experiencias.
Podría apabullar tanto nombre, tanto adelanto y retroceso y, sobre todo, tanta enumeración, pero rara vez sucede. No importa perder el hilo de los personajes, pues no es historia de trama concreta, con sus paradas y sus puntos claves. En cuanto a las enumeraciones, unas pocas ralentizan pero no incomodan (salto y punto), la mayoría deleitan por sus excentricidades, sus mezclas variopintas, sus retazos de una vida.
Perec nos presenta una urdimbre de historias entrelazadas silenciosamente a través de un edificio parisino que vive su decadencia. Es una gran novela que contiene novelas menores o una novela matrioska: cada capítulo habla de un lugar específico del interior del inmueble-sea un apartamento o una zona común descrito exhaustivamente y de la persona o personas que lo ocupan.
Capítulo a capítulo, el libro se enriquece con una variada colección de objetos, personas e historias que poco a poco, al establecerse nexos entre ellos, van dibujando algo mucho mayor que una simple aglomeración de habitaciones, tal como las teselas de un mosaico van formando una figura: una "novela de novelas", riquísima, con interesantes personajes cuyas aventuras se extienden, durante décadas, por varios océanos y continentes. Dentro de todas ellas, un par de metáforas de la novela: el pintor que quiere representar en un gran lienzo a todos los inquilinos de la casa, presentes y pasados, y el inglés excéntrico que dedica su vida a no dejar huella, mediante un complicadísimo procedimiento en el que los puzzles juegan el papel principal.
El estilo de Georges Perèc es muchas veces árido, semejante al de un acta policial o notarial. El autor intenta mantenerse neutral frente a lo descrito, por lo que, para no discriminar lugares, objetos o personas, lo retrata todo con la misma meticulosidad, nos parezca o no relevante. En la reiteración obsesiva de sus descripciones, enumeraciones y clasificaciones de objetos se puede advertir un fijar la atención minuciosa y escrutadora sin menoscabo del carácter provisorio que bajo su mirada adquiere cualquiera realidad.
Es en este sentido que la obra de Georges Perèc tiene la vocación del catálogo. A lo largo de sus páginas, los personajes cobran consistencia gracias al catálogo que determina sus vidas, situándolos en medio de intrigas melodramáticas, misteriosos vínculos con objetos y síntomas compulsivos que dan lugar a aquellos particulares diagnósticos, heredados de la patología de autores de la modernidad decimonónica.

La revolución es un sueño eterno de Andrés Rivera


El libro entero trabaja sobre la siguiente paradoja: Juan José Castelli, el orador de la revolución, muere enfermo por un cáncer de lengua, sin poder hablar. La escena en donde casi toda la novela transcurre la constituye el juicio que el entonces gobierno de Buenos Aires le hace a Castelli, acusado de múltiples e igualmente ridículos delitos. El vocero de la revolución, el enviado por la primera junta a la campaña al Alto Perú, es juzgado por el mismo proyecto que había ayudado a construir.

Toda la novela recorre esta contradicción, la que hace que los revolucionarios carezcan de revolución, la que tiende a condenar y marginar a los patriotas más radicales. En este mismo sentido el personaje de Castelli recuerda a Mariano Moreno, muerto en circunstancias más que dudosas en alta mar; entabla diálogos constantes con su primo Belgrano, abandonado por el gobierno porteño, y comparte ajedreces con Monteagudo, asesinado varios años después en Lima.

Castelli, enfermo y sometido a un juicio que nunca concluirá, se pregunta qué juró aquel 25 de mayo en el cabildo abierto. Se pregunta qué les faltó para que la realidad venciera a la utopía, qué es lo que hizo que la revolución tal como la habían concebido fuera más parecida a un sueño eterno que a una realidad concreta.

El revolucionario Juan José Castelli, después de darle a la causa criolla los argumentos para derrotar a los españoles en el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 y tras una dura campaña al frente del Ejército del Norte, es desplazado del poder y muere, solo y empobrecido. Andrés Rivera imagina unos textos desgarrados y escépticos que Castelli escribe en cuadernos privados e intercalando otras voces y una narración lúcida y precisa, el autor arroja una nueva mirada sobre la historia.

La muerte del padre de Karl Ove Knausgård


Empieza con una reflexión sobre la muerte; pasa a relatar un episodio místico que Karl Ove experimenta a los ocho años, cuando cree ver la cara de Cristo en la superficie del mar; vuelve al presente contemporáneo a la escritura del libro (2008), en el que aparecen su mujer y sus tres hijos; rememora varios sucesos de su adolescencia, incluidas cincuenta páginas sobre la logística de comprar cerveza y llevarla a una fiesta de año nuevo siendo menor de edad; alude al divorcio de sus padres; y acaba describiendo la semana en que él y su hermano Yngve, al enterarse de la muerte del padre, viajan a Kristiansand para poner en orden una casa que encuentran en estado calamitoso, llena de botellas vacías, años de mugre, manchas de excrementos y hasta un cadáver de animal putrefacto, mientras lidian con el hecho de que en ella aún vive su abuela, a esas alturas tan alcohólica como el muerto, por no hablar de senil, sucia e incontinente.
El autor llevaba tres años sin verlo y en ese período el padre estuvo viviendo con su madre, la abuela del autor. Knausgård llega con su hermano a la casa de la abuela para encargarse del entierro. Lo que encuentra, al entrar a la casa, es catastrófico. Todo lo cuenta con un nivel de detalle abrumador. Este último episodio, que ocupa el tercio final del volumen, es el que hace a éste un texto extraordinario. Su padre llevaba tres años suicidándose a paso lento con el alcohol. Todos los pisos de toda la casa estaban cubiertos con botellas vacías de vodka. Los sillones estaban defecados. Las habitaciones estaban infernalmente inmundas. Y en el centro de este cuadro estaba la abuela, tranquila, como si todo fuera normal. Knausgård describe la limpieza de la casa con la misma meticulosidad con la cual describió su juventud, pero ahora el peso de la descripción tiene la fuerza de una alucinación.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Bailando en la oscuridad de Karl Ove Knausgård


Cuando se abre Bailando en la oscuridad, el cuarto volumen de la saga, Karl Ove Knausgård tiene dieciocho años y acaba de bajar del avión que lo ha llevado a Håfjord; un minúsculo pueblecito del norte de Noruega donde le espera un puesto como maestro, y la promesa de una paz que le permita entregarse a su recién descubierta vocación: la de escribir. Pero, tras un comienzo que promete, el desengaño: la ambición excede con mucho al talento. Y ser profesor no es tan fácil como parecía. Knausgård marcha a Håfjord para ejercer de profesor sin título –por lo visto, así funcionaban en los colegios noruegos de los ochenta- y, entre jovencitas de sexualidad incipiente y borracheras infernales, da sus primeros pasos como aspirante a escritor profesional. Con ganas, con dudas y, a veces, con rabia.
Cada volumen de Mi lucha tiene su propio eje temático, sin perder nunca el marco unitario en que se inscribe, siempre el mismo y siempre cambiante. En el primero se trataba del estupor y el duelo por la muerte de un padre frío, maltratador y alcohólico que sembró el desconsuelo a su alrededor; el segundo se volcaba en la experiencia avasalladora de su matrimonio con Linda, su segunda esposa; el tercero en las heridas emocionales fraguadas en la infancia. De modo que en la cuarta entrega todo nos resulta familiar: el paisaje de Kristiansad, los silencios de la madre, la hostilidad paterna, la discreción del hermano, los amigos, las chicas, las cervezas, la intensidad de Knausgard, su pasión por la música…
En Bailando en la oscuridad el epicentro es la conmoción de la adolescencia, cuando los ideales conviven con las torpezas, el amor y el fracaso van de la mano y donde un muchacho que apenas sabe quién es vive al límite su búsqueda de sentido. El joven Knausgard tiene una sensibilidad fuera de lo común que le impulsa ahora en todas direcciones, desesperadamente. Alcohol, borracheras hasta perder el conocimiento, escarceos sexuales que acaban en frustración y más retraimiento, mala conciencia y todo aquello, en fin, con lo que carga el inconsciente de un joven ansioso por beberse la vida a largos tragos, por conocer sus caminos, sus secretos, su meta.
Una historia que hemos leído muchas veces pero nunca así, con un sentimiento tan agudo del dolor marcado por la inexperiencia. A Knausgård se le odia o se le ama, pero nunca deja tibio. Por un lado, están los que, como Salman Rushdie, le acusan de fabricar una "autoficción que consiste en contar cómo lavas la ropa"; por otro, los que, como señala The New York Times Book Review, se preguntan "¿por qué leer una novela noruega de 3.600 páginas en seis volúmenes sobre un hombre" que escribe sobre sí mismo?, y responden: "Es tan buena que quita el aliento, y, por tanto, no podrán parar, y tampoco querrán hacerlo".
Sus textos carecen de florituras: el lirismo empleado es raquítico y las metáforas son bastante justas. Se le compara con Proust en el sentido de que, tanto el noruego como el francés, han contado sus vidas en un gran despliegue literario, pero las prosas de uno y otro no tienen nada que ver. Lo que Knausgård domina es el arte de escribir de un modo brillante y sencillo. No es el estilo telegráfico de Scott Fitzgerald. Su fluidez es brutal.
El libro se lee como un tratado universal de la adolescencia, y abarca la construcción de la personalidad adulta, el descubrimiento del alcohol, el maremoto hormonal, las ganas urgentes de acostarse con una chica, los enésimos intentos frustrados, el sueño perseguido, la aparente independencia, el primer empleo. El noruego convierte al lector en un confidente, en un camarada. Y es muy difícil no comprender o no verse reflejado en, al menos, una docena de situaciones de las que plantea. Todos hemos pasado por ellas. Sin embargo, sólo el autor noruego posee el talento de contarlas así.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Slavoj Žižek


  • El sublime objeto de la ideología, ed. Siglo XXI, México, 1992, 302 pp.
  • Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Lacan y nunca se atrevió a preguntarle a Hitchcock, ed. Manantial, Buenos Aires, 1994, 204 pp.
  • ¡Goza tu síntoma! Jacques Lacan dentro y fuera de Hollywood, ed. Nueva Visión, Buenos Aires, 1994, 236 pp.
  • Porque no saben lo que hacen. El goce como factor político, ed. Paidós, Buenos Aires, 1998, 370 pp.
  • Estudios Culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo, ed. Paidós, Buenos Aires, 1998, 188 pp.
  • El acoso de las fantasías, ed. Siglo XXI, México, 1999, 262 pp.
  • Mirando al Sesgo. Una introducción a Jacques Lacan a través de la cultura popular, ed. Paidos, 2000, 386 pp.
  • El espinoso sujeto. El centro ausente de la ontología política, ed. Paidós, Buenos Aires, 2001, 432 pp.
  • El frágil Absoluto o ¿por que merece la pena luchar por el legado cristiano?, ed. Pretextos, Valencia, 2002, 215 pp.
  • ¿Quién dijo totalitarismo? Cinco intervenciones sobre el (mal) uso de una noción, ed. Pretextos, Valencia, 2002, 299 pp.
  • Las metastasis del Goce. Seis ensayos sobre la mujer y la causalidad, ed. Paidós, Buenos Aires, 2003, 327 pp.
  • Contingencia, Hegemonía, Universalidad, ed. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2003, 329 pp.
  • Ideología. Un mapa de la cuestión, ed. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2003, 382 pp. (Compilador)
  • Violencia en Acto. Conferencias en Buenos Aires, ed. Paidós, Buenos Aires, 2004, 235 pp.
  • A propósito de Lenin. Política y subjetividad en el capitalismo tardío, ed. Atuel/Parusia, Buenos Aires, 2004, 190 pp.
  • La Revolución Blanda, ed. Atuel/Parusia, Buenos Aires, 2004, 93 pp.
  • Repetir Lenin, ed. Akal (Col. Cuestiones de Antagonismo 29), Madrid, 2004, 157 pp.
  • El títere y el enano. El núcleo perverso del cristianismo, ed. paidos, Buenos Aires, 2005, 235 pp.
  • Amor sin piedad. Hacia una política de la verdad, ed. Síntesis, Madrid, 2005, 191 pp.
  • La suspensión política de la ética, ed. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2005, 220 pp.
  • Arriesgar lo imposible. Conversaciones con Glyn Daly, Editorial Trotta, Madrid, 2005, 168 pp., 
  • Bienvenidos al desierto de lo real, ed. Akal (Col. Cuestiones de Antagonismo 36), Madrid, 2005, 125 pp.
  • Visión de Paralaje, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2006, 475 pp. 
  • Órganos sin cuerpo, Valencia, Pre-textos, 2006. 241 páginas.
  • Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine moderno y ciberespacio, Debate, Buenos Aires, 2006, 313 pp.,
  • En defensa de la intolerancia, Sequitur, Madrid, 2007. 
  • Cómo leer a Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2008. 
  • Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales, Paidós, 2009, 208 pp.
  • El prójimo. Tres indagaciones sobre teología política, Amorrortu editores, 2010, 256 pp. 
  • Lenin reactivado.Hacia una política de la verdad, ed. AKAL,2010,320 pp.
  • En defensa de causas perdidas, Akal, 2011.
  • Primero como tragedia, luego como farsa, , 2011.
  • Robespierre.Virtud y terror, ed. AKAL,2011,256 pp.
  • Filosofía y actualidad. El debate, Amorrortu editores, 2012, 96 pp.
  • ¡Bienvenidos a tiempos interesantes!, Txalaparta, 2012, 184 pp. 
  • Menos que nada. Hegel y la sombra del materialismo dialéctico, ed. Akal, 2015, 1104 pp. 
  • La nueva lucha de clases.Los refugiados y el terror, ed. Anagrama, 2016 112 pp.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Novelas de la saga de Arturo Bandini


- Espera hasta la primavera, Bandini.
 Arturo de pequeño, 11-12 años, tiene dos hermanos. Viven en Colorado (donde el invierno es especialmente duro) en una pobreza abrumadora, y el padre albañil descuida sus labores, lo que los deja aún peor.

 - Camino a los Angeles
 Arturo con 14 años. En este tiene una hermana y viven sólo con la madre. Es lo más cercano a precuela de Pregúntale al Polvo, porque en éste último se cartea con su madre. Sueña con ser escritor mientras lee libros de filosofía encerrado en el desván. Al final, se va a los Angeles.

 - Pregúntale al Polvo
 Arturo con 21 años. Vive en una habitación en Los Angeles, escribe relatos para el que se convertiría a futuro en su editor, y se enamora de una camarera. El resto, hay que leerlo, es el mejor de todos.

 - Sueños de Bunker Hill
 Arturo con 24-25 años. Trabaja de guionista en un lugar donde no hay mucho que hacer. Pero se relaciona en su mayoría con estrellas de Cine. No es tan bueno, como el anterior, pero cerca del final es bastante cómico.

sábado, 10 de diciembre de 2016

André Gorz


El filósofo y periodista André Gorz nació en Viena en el año 1923 con el nombre de Gerhard Hirsch. Su padre Robert era un vendedor de sellos judío, y su madre, Marta Starka, una secretaria proveniente de una familia cultivada católica. Por la época en que vivió, el joven Gorz crece en un ambiente antisemita que acabó provocando que su padre se convirtiera al catolicismo en 1930 y cambiase su apellido por Horst. En 1939 su madre lo envía a una institución católica a Lausana para evitar su movilización en el ejército alemán.
En estos años, su padre es expulsado de su propia casa. En 1945 obtiene un diploma de ingeniero químico en la Universidad de Lausana. Durante ésta época participa en los encuentros de la sociedad de estudiantes de ''bellas letras'' pero demuestra su interés por la fenomenología y por la obra de Sartre.
Comenzando su vida activa como traductor de noticias americanas en casa de un editor suizo, publica sus primeros artículos en un diario perteneciente a un movimiento coperativo.
En junio de 1949 se traslada a París donde trabaja en primer lugar, en el secretariado internacional del Movimiento de Ciudadanos del Mundo. Su entrada en ''París-Presse'' marca sus comienzos en el periodismo. Allí toma el seudónimo de Michel Bosquet, y conoce a un cronista llamado Jean-Jacques Servan Scheiber, quién en 1955 lo lleva como periodista económico al Express.
De personalidad extremadamente discreta, es autor de un pensamiento que oscila entre filosofía, teoría política y crítica social. Discípulo del existencialismo de Jean-Paul Sartre, rompió con él tras 1968 y se convirtió en unos de los principales teóricos de la ecología política y el altermundialismo. Asimismo, fue cofundador (junto a Jean Daniel) en 1964 de la revista Le Nouvel Observateur.
En 1947, Gorz conoce a Dorine Keir y la invita a salir, sin muchas esperanzas ya que ella estaba siendo cortejada por otros tres hombres. Ella, para su sorpresa, acepta dando comienzo así a una relación que los mantendría juntos por 60 años. “Es un judío austríaco carente por completo de interés, no tiene un céntimo, escribe”: así se lo presentaron formulariamente a la inglesa Dorine, cuando ella llegó a Suiza con un grupo de teatro vocacional. La esperaba otro hombre en Inglaterra para casarse con ella. Pero Dorine prefirió subirse a un tren con Gorz rumbo a París.
Allí trabajó de modelo vivo, recogió papel usado para vender por kilo, fue lazarillo de una escritora británica que se estaba quedando ciega, mientras él escribía en una buhardilla. También aprendió sola alemán (él se negó a enseñarle; había jurado no volver a usar esa lengua cuando lo corrieron de Austria), para ayudarlo en el relevamiento de la prensa europea que él hacía para una agencia y que se convertiría con el tiempo en su sello de estilo: el cruce entre filosofía y periodismo de sus potentes ensayos breves.
A los 60 años, se detecta una espantosa enfermedad degenerativa a su mujer, que conllevaba unas terribles y progresivas migrañas para las que no había solución médica. Había contraído esa enfermedad incurable por culpa de una sustancia que le habían inyectado para hacerle radiografías: la medicina se lavó las manos del caso. Gorz decide jubilarse y atenderla. Así lo hace durante 23 años.
A caballo entre la autobiografía y el ensayo, André le escribe una conmovedora carta a su esposa: “Carta a D: Historia de un amor”. Un año después de escribirla, aterrados ante la idea de separarse, un suicidio acaba con la vida de ambos.
En la carta André se extraña, y nosotros con él, de la escasa presencia que su mujer tiene en su obra, a pesar de ser su pareja durante 60 años y ser alguien de gran peso en el legado que André Gorz nos ha dejado. Ambos hicieron del amor su patria, el faro que es referencia para no perderse y encontrarse en el otro. Siendo así, conciben el suicidio como una forma de hacer eterno su amor.
André escribe: “recién acabas de cumplir 82 años. Has encogido seis centímetros, sólo pesas cuarenta y cinco kilos pero sigues siendo bella, elegante y deseable. Hace 58 años que vivimos juntos y te amo más que nunca. Hace poco volví a enamorarme de ti una vez más y llevo de nuevo en mí un vacío devorador que sólo sacia tu cuerpo apretado contra el mío”.
"Carta a D" es una obra corta (apenas 110 páginas en formato pequeño y letra grande) de prosa sencilla pero cuidada que se lee de una sentada. André reconoce que sin ella nunca habría llegado a nada. La caída de las ideologías, las guerras, los continuos cambios (pocas veces, a mejor) en el mundo, la enfermedad, la vejez... nada habría tenido sentido, si ella no hubiera estado a su lado.
El 22 de septiembre de 2007 fueron encontrados los cuerpos sin vida de André y Dorine en su casa de Vosnon. En “Carta a D”, André afirma: "Nos gustaría no sobrevivir a la muerte del otro. Nos hemos dicho a menudo que, si tuviésemos una segunda vida, nos gustaría vivirla juntos". Una nota puesta a la entrada del domicilio decía: "Favor de no subir".
Gorz y Dorine eran conscientes de que les unía "un vínculo invisible", basado en la experiencia de la inseguridad: su lugar en el mundo no está garantizado y sólo tendrán lo que logren hacer. Su universo es precario y en este sentido recuerdan un poco a la experiencia de otro judío austriaco universal de medio siglo antes, Stefan Zweig, que también se suicidó con su esposa, aunque por otros motivos (desesperados por el avance de la peste parda del nazismo).
"Seremos lo que hagamos juntos", le dice André a Dorine, que se enfrentan a lo que pasa a su alrededor desde diferentes posiciones: el filósofo y periodista, desde las grandes construcciones teóricas, que necesitaba para orientarse en el mundo intelectual aunque fuese para cuestionarlas; Dorine no precisa esas prótesis psíquicas que son las doctrinas y sistemas de pensamiento, sino que entiende que sin las intuiciones y los afectos no puede haber inteligencia ni sentido.
La "Carta a D." termina como empezó: como una reivindicación del amor. Merece reproducir su último párrafo: “Por la noche veo la silueta de un hombre que, en una carretera vacía y en un paisaje desierto, camina detrás de un coche fúnebre. Es a ti a quien lleva esa carroza. No quiero asistir a tu incineración; no quiero recibir un frasco con tus cenizas. Oigo la voz de Kathleen Ferrier que canta Die Welt ist leer, Ich will nicht leben mehr [El mundo está vacío, no quiero vivir más] y me despierto. Espío tu respiración, mi mano te acaricia. A ninguno de los dos nos gustaría tener que sobrevivir a la muerte del otro. A menudo nos hemos dicho que, en el caso de tener una segunda vida, nos gustaría pasarla juntos".
Cuando llega la policía local la puerta del domicilio está abierta. En la cama matrimonial del cuarto de arriba yacen André Gorz y su esposa Dorine, en paz. A un costado, unas líneas escritas a mano, dirigidas a la alcaldesa del pueblo: “Querida amiga, siempre supimos que queríamos terminar nuestras vidas juntos. Perdona la ingrata tarea que te hemos dejado”.
Obras de André Gorz:
- Miseria del presente, riqueza de lo posible (Paidos, 1998)
- Capitalismo, Socialismo, Ecología (Ediciones HOAC, 1995)
- Metamorfósis del trabajo, demanda del sentido (1988)
- Los caminos del paraiso: Para comprender la crisis y salir de ella por la 
izquierda (Laia/Divergencias, 1986)
- Adios al proletariado: Más allá del socialismo (El Viejo Topo Ediciones, 1981)
- La ecología como política (1979)
- Mercado común y planificación (1967)
- Estrategia obrera y neocapitalismo (1964)
- Crítica de la razón económica
- División del trabajo: el proceso laboral y la lucha de clases en el capitalismo
moderno
- Socialismo y revolución
- Historia y enajenación (1958)

viernes, 9 de diciembre de 2016

Camino de Los Ángeles de John Fante

La mayor parte de las obras de Fante se centran en las desventuras de personajes perdedores en medio de una sociedad cruel. Sus protagonistas casi siempre tienen mucho que ver con el autor: italoamericanos, católicos, pobres, perdidos en la realidad menos glamourosa de Los Ángeles, suele tratarse de personajes solitarios con problemas para comunicarse con los que les rodean (familia, amigos, pareja), y con sueños que casi nunca llegan a materializarse. Su estilo claro, cortante, con rasgos de humor y de violencia, hace que sus obras sean fáciles de leer y de apreciar.
La etapa central de su carrera como escritor está marcada por lo que se conoce: como la "Saga de Arturo Bandini", serie de cuatro novelas protagonizadas por un álter ego, también italoamericano y además pobre, del propio Fante. La última de ellas, Sueños de Bunker Hill, se la tuvo que dictar a su esposa Joyce, debido a las complicaciones (incluida la ceguera) causada por su avanzada diabetes.
Camino de Los Ángeles, publicada en 1983, llevaba escrita desde 1936. Con lo cuál no sería la última aventura de Bandini, sino la primera de todas. A los dieciocho años, Arturo Bandini vive con su madre y su hermana, dos beatas, en San Pedro, el puerto de Los Ángeles. Trabaja en empleos duros y mal pagados que no puede soportar, y vive obsesionado por el sexo, su único alivio. En la biblioteca municipal se procura libros de Nietzsche o Schopenhauer que apenas comprende mientras sueña con ser un gran escritor.
Él es quien, aparentemente, tiene que trabajar para mantener los gastos más importantes del hogar pero abomina del trabajo al punto de estar dispuesto a abandonarlo en cualquier momento, de acuerdo a sus estados anímicos, y no a su real necesidad de percibir el dinero correspondiente para vivir. Tras un primer intento fallido, una novela torpe, se dispone a escribir su gran obra y parte, camino de Los Ángeles, dispuesto a comerse el mundo.
La posición crítica respecto a las situaciones laborales por las que atraviesa Arturo Bandini, se acercan a la perspectiva marxista muy en boga en aquella época, llamando al empleador explotador, y al obrero explotado. El autor, en ese sentido, toma una posición clara y combativa, la cual irán perdiendo en lo sucesivo sus obras posteriores, en la medida que —como sabemos— todo joven revolucionario termina amoldándose a las circunstancias, ante la imposibilidad de mellar con su frágil existencia las estructuras graníticas del poder.
Es indudable que el contenido ideológico de esta novela fuera problemático en su época, y por eso el editor se negó a editarla. El mundo, y particularmente los Estados Unidos, pasaba o venía saliendo de la llamada gran depresión, y el empresariado actuaba en forma abusiva, mientras comenzaba a enriquecer a manos llenas gracias al costo miserable de mano de obra y a la implantación de un industrialismo brutal.
Uno de los episodios cruciales de la novela, resulta aquel donde el joven Arturo Bandini incita a su compañero de trabajo en la fábrica de conservas a rebelarse contra el poder. Allí describe John Fante magistralmente la situación de esclavitud por la que pasan los emigrantes mexicanos y filipinos que han llegado a los Estados Unidos en busca de la ansiada libertad. Y donde cabe la pregunta que hará Foucault algunos años más tarde respecto al poder: ¿qué hace que un hombre se rebele? Porque, recordemos, para Michel Foucault la cuestión siempre resulta inexplicable. Es decir, la no rebelión ante la ignominia.
En Camino de Los Ángeles podríamos hallar la respuesta: el miedo, el miedo como tenaza de inmovilización. El miedo es la mayor cadena que ata al hombre de todos los tiempos, y eso lo saben muy bien quienes detentan el poder. La cultura del miedo es la mejor forma de dominio. Hoy se ata a los hombres con el miedo a perder el trabajo, con la escasez permanente de trabajo...
Contrariamente a eso, el joven Arturo Bandini parece no temerle a nada, y lo veremos enfrentarse a todos, inclusive a su hermana cuando ésta no encuentra valor a la novela que recientemente ha escrito. Bandini quiere ser escritor, y no está dispuesto a transar con nadie el deseo o ambición de serlo algún día en el futuro. Y a pesar del hambre, de la ignominia por la que pasa su vida juvenil, puede ver la luz de la libertad, la salida del túnel.
Sabe que es libre, y que la vida es un devenir a pesar de todas las calamidades, y que en cualquier momento, hallará su verdadero destino, o que su mayor destino es salir a buscarlo. No hay aquí, en estos personajes, ese nihilismo despiadado que asola la novela actual. No caminan por estas páginas seres exangües, todo lo contrario, están dotados con toda la fuerza y la pasión del hombre real, aquel que ha hecho la historia, la revolución, la vida.
Bandini es un personaje ansioso por salir de la miseria y encontrar cierto reconocimiento, y esto es lo que le hace arremeter contra todo lo que encuentra en su camino y descargar su ira sobre las personas que tiene cerca; porque Bandini mete en el saco de lo que él considera mediocre a su madre, a su hermana, al catolicismo, a sus colegas «macarronis» y a cualquiera que le recuerde sus orígenes.
Ésta fue la primera novela escrita por Fante, enviada en su día a la editorial Knopf, que la rechazó (probablemente porque el argumento, a mediados de los años treinta, se consideró demasiado atrevido); su viuda la descubrió póstumamente entre sus papeles y se editó en 1983.
En la obra se dan todos los elementos y características existentes en sus obras posteriores: ingenio, agilidad, y desprecio por el mundo establecido, pero sin falta de humor y ese candor propio de la juventud, y de la suya en particular, cimentada por su ascendencia de inmigrante italiano. Arturo Bandini que desea ser escritor de éxito y se considera un gran escritor, un genio. En el fondo es un megalómano con sed de poder.
El estilo de Fante es muy similar al de Hemingway pero con más ironía y poesía. Su modo de narrar es una forma de conversar consigo mismo, a veces confundible con los llamados diarios de vida, donde se escribe, se pregunta y se explica todo lo que nos pasa. De ahí el tono familiar de Arturo Bandini, de ahí su cercanía con el lector, porque pareciera estar contando su historia desde el corazón mismo del lector, apelando a su propia experiencia.
John Thomas Fante nació en un ambiente relativamente pobre en Denver, Colorado, en el 8 de abril de 1909. Su padre, Nicola Fante Albomeo, era italiano natural de Torricella Peligna, Abruzzo, y su madre, Maria Capoluongo, italoamericana, oriunda de Chicago.
Su educación se desarrolló en diversas escuelas católicas de Boulder, Colorado, y también, aunque brevemente, en la Universidad de Colorado. En 1929 abandonó los estudios y se mudó a California, para concentrarse en su carrera de escritor. Se instaló en Wilmington, Long Beach, y luego en el distrito de Bunker Hill, en Los Ángeles.
Trabajó como guionista en Hollywood y dedicó su vida a la literatura, aunque sólo alcanzó el pleno reconocimiento de la crítica y del público después de su muerte. Son constantes de sus obras: la pobreza, el catolicismo en relación a la comunidad italoamericana y la incomunicación en la familia o en la pareja.
Sus novelas, que en su época pasaron bastante desapercibidas, fueron recuperadas bastantes años más tarde, cuando Charles Bukowski, al que se considera padre del realismo sucio, invocó el nombre de Fante como una de sus influencias principales. Eso hizo que John Martin reeditara Pregúntale al polvo, probablemente la novela más conocida de Fante, y la convirtiera en un gran éxito de ventas casi cincuenta años después de su publicación.
John tuvo una muerte muy lenta, habiendo llegado a la vejez ciego y sin piernas por causa de diabetes. Murió en 1983 en Woodland Hills, California.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Cuentos y Novelas de Philik Dick


Cuentos completos
  • Cuentos completos I
    • Estabilidad
    • Roog
    • La pequeña rebelión
    • Más allá se encuentra el wub
    • El cañón
    • La calavera
    • Los defensores
    • La nave humana
    • Flautistas en el bosque
    • Los infinitos
    • La máquina preservadora
    • Sacrificio
    • El hombre variable
    • La rana infatigable
    • La cripta de cristal
    • La vida efímera y feliz del zapato marrón
    • El constructor
    • El factor letal
    • La paga
    • El gran C
    • En el jardín
    • El rey de los elfos
    • Colonia
    • La nave de Ganimedes
    • La Niñera
  • Cuentos completos II
    • La viejecita de las galletas
    • Detrás de la puerta
    • La Segunda variedad
    • Recuerdos al por mayor
    • El mundo de Jon
    • Cazadores cósmicos
    • Progenie
    • Algunas clases de vida
    • Los marcianos llegan en oleadas
    • El abonado
    • El mundo que ella deseaba
    • Una incursión en la superficie
    • Proyecto: Tierra
    • Problemas con las burbujas
    • Desayuno en el crepúsculo
    • Un regalo para Pat
    • El fabricante de capuchas
    • Sobre manzanas marchitas
    • Humano es
    • Equipo de ajuste
    • Planeta imposible
    • Impostor
    • James P.Crow
    • Planeta de paso
    • La maqueta
    • Un recuerdo
    • Equipo de exploración
    • Autor, autor
  • Cuentos completos III
    • Coto de caza
    • El ahorcado
    • Peculiaridades de los ojos
    • El hombre dorado
    • Y gira la rueda
    • El último experto
    • El padre-cosa
    • El extraño paraíso
    • Tony y los escarabajos
    • Nul-O
    • Servir al amo
    • Pieza de colección
    • Los reptadores
    • Campaña publicitaria
    • La estratagema
    • Sobre la desolada Tierra
    • Foster, estás muerto
    • La paga del duplicador
    • Veterano de guerra
    • La barrera de cromo
    • Desajuste
    • Un mundo de talentos
    • ¡Cura a mi hija, mutante!
  • Cuentos completos IV
    • Autofab
    • Servicio técnico
    • Mercado cautivo
    • El patrón de Yancy
    • El informe de la minoría
    • Mecanismo de recuerdo
    • La M imposible
    • Nosotros, los exploradores
    • Juego de guerra
    • Si no existiera Benny Cemoli
    • Una actuación novedosa
    • Araña de agua
    • Lo que dicen los muertos
    • Orfeo con pies de barro
    • Los días de Perky Pat
    • El suplente
    • ¿Qué vamos a hacer con Ragland Park?
    • ¡Oh, ser un blobel!
  • Cuentos completos V
    • La cajita negra
    • La guerra con los fnuls
    • Artefacto precioso
    • Síndrome de alejamiento
    • Una odisea terrícola
    • Su cita será ayer
    • Combate sagrado
    • Un juego sin azar
    • No por su encuadernación
    • La revancha
    • La fe de nuestros padres
    • La historia que pondrá fin a todas las historias para la antología de Harlan Ellison Dangerous Visions
    • La hormiga eléctrica
    • Cadbury, el castor necesitado
    • Algo para nosotros, temponautas
    • Las prepersonas
    • El ojo de la sibila
    • El día que el señor Ordenador se cayó del árbol
    • La puerta de salida da adentro
    • Cadenas de aire, redes de éter
    • Extraños recuerdos de la muerte
    • Espero llegar pronto
    • El caso Rautavaara
    • La mente alienígena
Novelas
  • La pistola de rayos
  • Laberinto de muerte
  • Esperando el año pasado
  • La invasión divina
  • Dr. Bloodmoney. O cómo nos las apañamos después de la bomba
  • Tiempo desarticulado
  • La transmigración de Timothy Archer
  • Fluyan mis lágrimas, dijo el policía
  • Ubik
  • El hombre en el castillo
  • Tiempo de Marte
  • Los clanes de la luna Alfana
  • Los tres estigmas de Palmer Eldritch
  • Lotería solar
  • Nuestros amigos de Frolik 8.
  • Simulacra
  • Valis
  • La penúltima verdad
  • Una mirada a la oscuridad