Edipo Rey es una obra de Teatro escrita por Sófocles que narra la historia de Edipo, un desventurado príncipe de Tebas, hijo de Layo y de Yocasta. Tal y como lo concibió Sófocles, la trama dramática va descubriendo la vida de Edipo, a modo de investigación. Muchos autores lo han comparado con una novela de suspense. El pueblo de Tebas se presenta a Edipo, su rey, para pedir la solución de la peste que asola el país. Creonte ha ido a consultar el oráculo de Apolo en Delfos. La respuesta es que Tebas debe purificarse de la sangre de su rey anterior, Layo, muerto en circunstancias misteriosas durante un viaje. Edipo maldice y condena al culpable y crea un reglamento en contra del que resultara ser el asesino, el cual decía que esta persona iba a ser expulsada del pueblo, y no iba a ser bienvenido en ningún hogar. El coro de nobles tebanos propone que se consulte a Tiresias, el adivino. La consulta se complica.
El adivino da respuestas crípticas que irritan al rey. Tiresias le acusa, por fin directamente. El rey progresa en su ofuscación y acusa Creonte de conspirador. Llega éste, se enfrentan dialécticamente y tercia Yocasta. Edipo intuye poco a poco la verdad. Layo y Yocasta, reyes de Tebas, habian abandonado de niño a Edipo para que se muera, al conocer la profecía que será el asesino de su padre. Layo encargó a uno de sus súbditos que matara al niño, pero dicha persona no cumplió con la orden, solo perforó los pies del bebé y lo colgó con una correa de un árbol situado en el monte Citerón, faltando a su lealtad al rey Layo y también por el horror que le producía la orden que le habían dado. Por ese lugar pasó Forbas, un pastor de los rebaños del rey de Corintio, escuchó los grandes lamentos y llanto del bebé y lo recogió entregándoselo para su cuidado a Polibio. El niño es salvado y adoptado por el rey de Corinto que lo educa como si fuese su hijo. La esposa de Polibio, Peribea se mostró encantada con el bebé y lo cuidó con cariño en su casa, dándole por nombre Edipo, que significa "el de los pies hinchados". Edipo creció bajo el cuidado de Polibio y Peribea, y al llegar a los catorce años ya era muy ágil en todos los juegos gimnásticos levantando la admiración de muchos oficiales del ejército que veían en él a un futuro soldado. Uno de sus compañeros de juegos, con la envidia que le producían las capacidades de Edipo lo insultó y le dijo que no era más que un hijo adoptivo y que no tenía honra. Ante todo lo que había escuchado y atormentado por las dudas, Edipo preguntó a su madre si era adoptivo o no, pero Peribea, mintiendo, le dijo a Edipo que ella era su auténtica madre. Edipo, sin embargo, no estaba contento con las respuestas de Peribea y acudió al oráculo de Delfos, quien le pronosticó que el mataría a su padre y se casaría con su madre, y además le aconsejó que nunca volviese al lugar donde nació. Al oír esas palabras Edipo prometió no volver jamás a Corinto, y emprendió camino hacia Fócida. Durante su viaje, encuentra a Layo (su verdadero padre) acompañado por algunos guardias. Entre los dos surge una pelea, y Edipo mata al rey Layo y a su escolta. Llegado a Tebas obtiene así la mano de Yocasta: Creonte el rey de Tebas tenía una hermana llamada Yocasta. Creonte era: ¿cuál es el animal que por la mañana tiene cuatro pies, dos al mediodía y tres en la tarde?. Edipo que deseaba la gloria más que nada dio respuesta al misterio de la Esfinge diciendo que era el Hombre, pues en su infancia anda sobre sus manos y sus pies, cuando crece solamente sobre sus pies y en su vejez ayudándose de un bastón como si fuera un tercer pie. La Esfinge, enormemente furiosa porque alguien hubiera dado la respuesta correcta , se suicidó abriéndose la cabeza contra una roca. Entonces Edipo se casó con Yocasta (que sin saberlo él era su madre) y vivieron felices durante muchos años teniendo varios hijos cuyos nombres son: Etéocles, Polinice, Antígona e Irmene. Un día hubo una gran peste que arrasó a toda la región sin que tuviera remedio alguno, y el oráculo de Delfos informó de que tal calamidad solo desaparecería cuando el asesino de Layo fuese descubierto y echado de Tebas. Yocasta cuenta lo que sabe: Layo murió en una encrucijada a manos de asaltantes de caminos. Edipo relata su historia. Vivía en Corinto y marchó de allí para rehuir los vaticinios de Apolo. Según éstos, Edipo mataría a su padre y se casaría con su madre. El caso es que mató a un viajero. Un mensajero llega de Corinto. Ha muerto el rey Pólibo y Edipo puede aspirar a la corona. Ante su preocupación por por la profecía de un incesto, el mensajero confirma que no hay peligro: es adoptado. Él mismo recibió un niño en pañales de un pastor de la casa de Layo. Se busca al pastor, quien confirma que el niño es, en efecto, Edipo. El Pastor reveló todo lo que había ocurrido en ese tiempo, terminadas las palabras del pastor, todos se dieron cuenta que Edipo era el hijo de Layo, al cual él había matado, al oír esto su esposa, Yocasta, salió corriendo hasta su cuarto y allí se encerró. Edipo no podía creer lo que estaba sucediendo, había dado muerte a su padre, pero además estaba casado con su propia madre, con la cual a pesar de todo tuvo hijos. Edipo fue hasta la habitación y al abrir la puerta se encontró con Yocasta colgando ahorcada del techo. Él recordó lo que dijo en contra del que resultara ser el asesino de Layo, y sacó unos alfileres de oro que tenía la mujer en su vestido y se picó los ojos con ellos. Creonte queda de regente. Edipo quería abandonar el pueblo con sus dos hijas -Antígona e Ismene- pero el nuevo gobernante se lo impidió, el desterrado, entonces, es acompañado hasta la salida del palacio tambaleándose apoyado en el cuerpo del Creonte. Y asi es como Edipo pasa de rey feliz a ser un desdichado, incapaz de valerse, sin patria ni casa. El coro invita a la reflexión.
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