domingo, 14 de mayo de 2017

El Conformista de Alberto Moravia

Cuando tenía 13 años Marcello Clerici le disparó a Lino, un homosexual adulto que intentó seducirlo. Años más tarde, Clerici es un respetado ciudadano, profesor de filosofía y va a casarse con Giulia. Pero Clerici se ha vuelto fascista, tiene contactos con el servicio secreto fascista, y está dispuesto a combinar su luna de miel en París con un atentado a un exiliado político italiano que había sido profesor suyo. En esta novela Moravia trata de comprender el interior de fascismo. Su personaje, Marcello, es el hijo único de una pareja de la alta burguesía; sus padres lo han dejado crecer dentro de una gran indiferencia hacia sus necesidades afectivas y espirituales. Su padre es agresivo, posesivo y dominante, y acaba odiando a su esposa y a su hijo. Su madre, en un pasado vejada por su padre, marca la tónica de su presente vergonzoso que debe esconder junto con otras manchas oscuras de las que se siente culpable pero no responsable debido a que los acontecimientos de la historia de Marcelo parecen suceder de forma fortuita. Al menos así es como el protagonista lo intuye, casual e ignominioso. De muchacho comete crueldades con los pájaros y demás animales, pero mantiene un deseo interior de ser normal, de ser como los otros niños. Su crueldad da un paso más cuando Lino, un chófer, intenta acariciarlo y él lo mata con su propia pistola. Este acto queda impune, pero no en su conciencia cargará con la culpa toda su vida. Marcello es llevado por Lino a su casa y le confiesa que no vuelva a ir con él porque le va a hacer cosas horribles. Pero Marcello, llevado por la curiosidad, vuelve a subir a su casa cuando se encuentran de nuevo, el hombre pretende tener relaciones con él y le da una pistola para que le mate, Marcello aprieta el gatillo pero la historia aparece de otra forma en los periódicos y Marcello no queda implicado. Desde entonces, su única obsesión es ser "como los demas", y eso le impulsa a refugiarse en el fascismo, no por ambiciones políticas, sino para confundirse en la indiferencia y el conformismo. El personaje busca desesperadamente ser como los otros para así salir del aislamiento que le hace sentirse culpable. Busca una mujer de la que no está enamorado, pero que le ayudará a formar una familia como las demás, y no duda en apoyar y trabajar para los fascistas sin estar convencido de su doctrina por el mero hecho de alcanzar esa ansiada normalidad. No en vano, tituló Moravia su obra magistral con el principal atributo del personaje protagonista, un individuo que, por mandato de sus superiores, emprende una investigación en pleno viaje de bodas. El conformista, publicada por primera vez en 1951 es, en su superficie, el retrato de un personaje de la Italia de Mussolini y de la sociedad en la que lucha por integrarse. Pero bajo este trasfondo histórico que tanto influyó en Moravia y sus contemporáneos, subyace una idea más ambiciosa: intentar explicar un comportamiento moral característico de nuestro tiempo, el conformismo, un deseo de confundirse en la masa y no destacar aun a costa de perder la libertad individual. Un fenómeno capaz de convertir a sociedades cultas y críticas en masas indeterminadas capaces de seguir los dictados de cualquier caudillo «redentor». El viaje de novios de Marcello, su biografía y la descripción de su entorno, se transforman así en un alegato en contra de los mecanismos del Estado totalitario, y en una de las novelas más atrevidas y actuales del escritor romano. El conformista fue llevada al cine por Bernardo Bertolucci en 1970 .

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