viernes, 12 de mayo de 2017

Nostalghia de Andrei Tarkovsky (1983)


Andrei Gorèakov, un poeta ruso, recorre Italia en compañía de Eugenia con la intención de investigar la vida de un compositor del siglo XVI. En su viaje se encontrarán con el apocalíptico Domenico.
Crítica:
Ya está, acabo de rendirme. Esta es la quinta película que veo de Tarkovsky y definitivamente me ha desarmado por completo, me arrodillo a sus pies, beso sus zapatos, dejo que el musgo que nace entre los adoquines de sus suelos acaricie mis mejillas. Dejadme ser subjetivo, dejadme, por favor, ser subjetivo. No me juzguéis, no os lo toméis como un ataque, como una ofensa, como si estuviera tomando partido, como si me creyera mejor o peor que nadie, como si alguna vez supiese algo que otra persona no hubiese pensado o sentido antes que yo, sólo dejadme decir que es el mejor. Dejadme decir alto y claro que Andrei Tarkovsky es el mejor director de la historia del cine, dejadme decir no se siente en otras películas lo que se siente en las suyas, que el aire sabe distinto, que al agua se escucha entre los labios, que el fuego arde entre las hiedras.
Dejadme divagar, dejadme seguir saboreando la exaltación interior que aún remueve mis entrañas. Ya tendré tiempo a arrepentirme mañana, ya tendré tiempo a pensar y juzgar y comparar y analizar y destripar todo lo que es destripable y analizable y comparable. No se puede ser tan bueno, simplemente no se puede. No me importa de qué va la película, no me importa nada, sólo dejadme beber de las imágenes, de cada una de ellas, sentir como bajan por la garganta y reposan en el alma. No sé cómo seguir, no puedo seguir. Sólo quiero dar las gracias, gracias por el arte, gracias por el cine, gracias por Tarkovsky.
R_DeNIRO


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