miércoles, 10 de mayo de 2017

Zama de Antonio Di Benedetto

Antonio Di Benedetto es uno los mejores escritores que ha dado Argentina y Zama, su mejor obra. El libro trata básicamente de una parte en la vida de Diego de Zama, un funcionario de la corona española que vive en Asunción del Paraguay. La novela se divide en 3 capítulos que forman parte de 3 épocas en la vida de éste personaje. En cada etapa hay circunstancias en común pero muchas diferencias. Así el personaje va de la más dolorosa de las soledades del desarraigo hacia una existencia más salvaje y carnal. De anhelar un traslado a Buenos Aires donde reside su esposa a ver alejarse esa posibilidad entre desidia, desinterés, amores y desamores. Zama narra la agónica espera de Diego de Zama, un funcionario americano del imperio colonial español de finales del siglo XVIII. Suspendido en Asunción, ciudad en la que fue designado por corto tiempo, Diego de Zama aguarda el momento de incorporarse a una sede de mayor prestigio dentro de la administración ya sea en Buenos Aires, Lima, Santiago de Chile o en la codiciada Madrid. A lo largo de la novela, Zama espera: espera un barco con noticias de su familia, que dejó en Buenos Aires, espera su traslado a tierras más promisorias, espera las monedas de un sueldo siempre demorado, espera una recomendación, espera ser el protagonista de un acto heroico que lo redima. El lenguaje utilizado para retratar las situaciones, comportamientos y costumbres es puro, casi atemporal, de un realismo profundo y la mayoría de las veces cruel. Di Benedetto leyó libros y más libros de historia y de geografía antes de escribir Zama. Cotejó mapas, ciudades y distancias; miró grabados y pinturas de época; supo de los usos y las costumbres de españoles, criollos e indígenas en las ciudades coloniales. Sin embargo, no hay marcas de esas lecturas en su novela. Di Benedetto elige olvidar o extraviar sus apuntes de lectura a través del borramiento del dato histórico o del lugar geográfico preciso. De hecho, se deduce que la acción transcurre en Asunción del Paraguay por las referencias naturales y por las menciones de etnias indígenas, bosques, selvas y ríos; sin embargo, el nombre de la ciudad nunca se dice. De este modo, Zama renuncia a ser una novela histórica pues no tiene el afán de verosimilitud propio del género ni busca interpretar el pasado a través de una reconstrucción histórica. Diego de Zama vegeta en medio de la mediocridad. Lo único que lo mantiene vivo, diríase, son sus lances amorosos, auténticas aventuras donjuanescas. Se enamora como un galán de comedia áurea, ronda de noche junto a las ventanas, sufre por la aparente indiferencia de la amada, suspira, adora y besa la mano femenina como si fuera una reliquia, además de que mezcla la melancolía amorosa con la furia del deseo. Sin embargo, los años pasan, los lances del enamoradizo, así como las dificultades del funcionario, no cesan, el traslado no llega, las cartas menguan. Quizás como último recurso, Zama decide desempolvar la coraza y se propone alcanzar la gloria por la vía de las armas. Se embarca en una expedición que tiene algo de la tragedia de Lope de Aguirre, con ese ambiente de perfidia y muerte que lo impregna todo conforme avanza la hueste a la caza de un rebelde (el borroso Vicuña Porto) que, en realidad, se encuentra entre sus propias filas. Así muere Zama, literalmente desgarrado, indigno y absurdo, a manos de los hombres infames en un ambiente agreste, lejos de los amores refinados y de su familia.

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